El Litoral
La canciller alemana, Angela Merkel, auguró este jueves un día difícil en la última jornada de contactos entre conservadores y socialdemócratas para ratificar si entablan negociaciones formales a fin de formar un nuevo gobierno de coalición.
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Télam
"Existen aún grandes escollos en el camino que deben ser apartados", admitió la líder de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) poco antes de reunirse con su socio bávaro, la Unión Social Cristiana (CSU), y el Partido Socialdemócrata (SPD) que lidera Martin Schulz.
"En este sentido será un día muy duro", sentenció.
La CDU hará todo lo posible para ser constructiva, indicó la mandataria alemana, quien agregó que acude al cónclave crucial "con gran energía".
"La gente espera también que encontremos soluciones y con este espíritu trabajaré hoy", agregó.
De la misma opinión se mostró Schulz, a su llegada a la sede de su partido, donde tiene lugar el último día de conversaciones, y mostró su esperanza de poder llegar a buen puerto, citaron las agencias de noticias DPA y EFE.
"Ya se han fijado puntos en común en una gran cantidad de ámbitos, pero existen grandes escollos que deben ser salvados aún", evaluó. Para el dirigente socialdemócrata el tema de Europa sigue estando en primer plano.
"Un nuevo gobierno alemán debe generar sobre todo un resurgir para la Unión Europea", apuntó.
Las conversaciones serán arduas y en Berlín se espera que se extiendan hasta bien entrada la noche. Aún permanecen abiertas cuestiones centrales en impuestos y finanzas, así como decisiones importantes en los ámbitos de migración, mercado laboral, sanidad, cuidados sanitarios, jubilaciones y Europa.
Al final del día, Merkel, Schulz y el presidente de la CSU, Horst Seehofer, quieren presentar un informe con los resultados a sus cúpulas, que mañana está previsto que anuncien si avanzarán o no en la formación de gobierno, a más de tres meses de las elecciones del 24 de septiembre último.
Si finalmente dan luz verde a las negociaciones formales, la cúpula del SPD necesitará también la aprobación de sus filas en el congreso extraordinario del partido el 21 de enero en Bonn.
El fracaso de las conversaciones de los conservadores con los ecologistas y liberales a finales de noviembre, obligó al SPD a sentarse con sus antiguos socios de la pasada legislatura.
El objetivo es evitar un gobierno en minoría -con la inestabilidad que eso conlleva- o la celebración de nuevas elecciones, algo que fue rechazado de plano por Merkel.