En otro año donde la Argentina podría cerrar con una suba de precios del 50%, el Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió sobre el avance de una inflación global que "asusta" y convocó a los gobiernos a implementar un "marco monetario sólido" para evitar desbordes.
A días de iniciar la Asamblea Anual del FMI y el Banco Mundial, el organismo multilateral dirigido por Kristalina Georgieva difundió el capítulo analítico del Informe de Perspectivas Económicas Globales, conocido en ámbitos económicos y financieros como WEO.
Con el título: "La inflación asusta", el Fondo realizó advertencias y pidió a los gobiernos políticas monetarias consistentes para combatir la suba de precios.
La cuestión preocupa especialmente a la Argentina, uno de los tres países con mayor inflación mundial.
"Desde principios de 2021, el índice de precios al consumidor (IPC) ha aumentado en las economías avanzadas y los mercados emergentes, impulsados por la firmeza de la demanda, la escasez de insumos y el rápido aumento de los precios de las materias primas", alerta el informe.
Aseguró que en futuro "se prevé que la inflación general alcance su punto máximo en los últimos meses de 2021, y se espera que vuelva a los niveles anteriores a la pandemia a mediados de 2022 tanto para las economías avanzadas como para los grupos de países de mercados emergentes, y con los riesgos inclinados al alza".
Lejos de las mediciones del INDEC, cuya inflación anualizada para agosto fue del 51,4%, el FMI estimó que las economías avanzadas alcanzarán un máximo del 3,6% en promedio en los últimos meses de este año.
Sin embargo, consideró que luego podrían dar inicio a una caída en la primera mitad de 2022 a un 2%, en línea con los objetivos del Banco Central.
Señaló que los mercados emergentes podrán observar "aumentos más rápidos", que llegarán al 6,8% en promedio y luego disminuirán al 4%.
"Las proyecciones, sin embargo, vienen con una incertidumbre considerable, y la inflación puede ser elevada por más tiempo", alertó el organismo.
Entre los factores que más influirán en la evolución de los precios serán el aumento de los costos de la vivienda y la escasez prolongada de suministro en las economías avanzadas y en desarrollo, como también la presión sobre los costos de los alimentos y las depreciaciones de la moneda en los mercados emergentes.
En todo el mundo, los precios de los alimentos aumentaron alrededor de un 40 por ciento durante la pandemia, un desafío especialmente grave para los países de bajos ingresos, donde esas compras constituyen una gran parte del gasto del consumidor.
"Los precios podrían aumentar significativamente más rápido debido a las continuas interrupciones de la cadena de suministro y las grandes oscilaciones de los precios de las materias", señaló el Fondo.
Agregó que "la inflación durante la pandemia ha estado bien anclada", pero hay incertidumbre sobre qué pasará en los próximos meses.
"Una pregunta clave es qué combinación de condiciones podría causar un aumento persistente en la inflación, incluida la posibilidad de que las expectativas se desanclen y ayuden a desencadenar una espiral ascendente autocumplida para los precios", añadió.
Alertó que "los precios podrían aumentar significativamente más rápido debido a las continuas interrupciones de la cadena de suministro, las grandes oscilaciones de los precios de las materias primas y un desanclaje de las expectativas".
"Cuando las expectativas se desanclan, la inflación puede despegar rápidamente y ser difícil de controlar", advirtió el Fondo.
Aseguró que "los responsables de la formulación de políticas deben caminar por una delgada línea entre permanecer pacientes en su apoyo a la recuperación y estar listos para actuar rápidamente". Aún más importante, deben establecer marcos monetarios sólidos", para controlar la subida de precios.
"Las autoridades deben estar atentas a los desencadenantes de una tormenta perfecta de riesgos de precios que podrían ser individualmente benignos, pero que cuando se combinan pueden conducir a aumentos significativamente más rápidos de lo previsto", reclamó el FMI.