Especial desde Barcelona
Como ocurre con las corrientes marinas, lo que se ve en la superficie no es lo que sucede muy por debajo en el fondo de la mar.
Especial desde Barcelona
Redacción de El Litoral
El espíritu navideño, de cumplir con la tradición de festejar - aunque más no sea, la propia existencia- disimula lo que por debajo ocurre y la tensión en la mano rectora de la política que se desvive por llevar el caballo a rienda suelta para que no se desboque.
Por día hay unos 15 mítines electorales con la presencia de las principales figuras de la política española en Cataluña. Tanto en la propia Barcelona como en la periferia y el interior más profundo de la región. Sin embargo, las agendas se publicitan día por día a primera hora de cada jornada y la presencia de los dirigentes máximos se transforma en una sorpresa avisada, horas antes, a los medios masivos y a la propia militancia.
Ocurre que se ha instalado, como estrategia negativa de los partidos, arruinar los actos ajenos al tener pocas chances de incrementar, por la positiva, la intención de votos. Una imagen, un gesto, un abucheo, puede mover la pizarra de los resultados de acuerdo a ese 20 % de catalanes que las encuestas marcan como “indecisos”. Con mayor o menor efectividad cada partido cuenta con su área de inteligencia para no escatimar presencias y, a la vez, no incurrir en errores no forzados.
Más que una contienda electoral parece que se juega un mal partido, de 0 a 0 clavado, en que el que hace el gol gana, por lo que se apuesta a no cometer errores propios y aprovechar el fallido ajeno.
¡Mira quien vino a apoyar!
Este último fin de semana - antes de las elecciones-, visitaron Barcelona los cuatro fantásticos de la actualidad política española y figuras que apoyan las candidaturas locales. Incluso el propio presidente, Mariano Rajoy, estuvo en la mañana del domingo 17, apoyando a su candidato a la Generalitá, Xavier Garcia Albiol, llegó sobre la hora y se retiró antes de que el acto culminara, sin que exista contacto con la prensa.
Albert Rivera, el niño bueno de Ciudadanos, acompañó a Inés Arrimada, y su presencia no estaba anunciada en las gacetillas de prensa en este caso es la candidata quien apuntala a su líder ya que la posición de Rivera es mal vista en Cataluña.
Pablo Iglesias, cabeza visible de Podemos, ladeó a Xavier Domenech - su candidato - e incluso se sentó junto a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Ninguno estaba mencionado con su presencia en al mitin.
En el caso del Partido Socialista Catalán, los encumbrados dirigentes nacionales apuntalan fuertemente a Miquel Iceta. Entienden que se están jugando el descenso luego de una crisis en PSOE que amenazó con ser la última de cara a su quiebre interno. La presencia del ex presidente Rodriguez Zapatero, marca que el socialismo pone la carne, la verdura y hasta sus propias manos en la parrilla donde se cocina el futuro de España este “21 D”. Han dado libre albedrío al candidato catalán para que juegue a conveniencia de su electorado.
Iceta anunció encuesta en mano- su intención de conceder la amnistía a los presos políticos y los procesos judiciales iniciados en razón del violento referendum del “1 O”. En simultáneo, la reacción de los barones del PSOE, fue que “de ninguna manera” esto ocurriría. Incluso Zapatero se opuso a los dichos de Iceta, aunque el Secretario General del Partido, Pedro Sanchez, apoyó la amnistía. Parecería una discrepancia interna pero es una jugada un tanto perversa de decir a cada quien lo que agrada a cada cual. Los soberanistas catalanes están mal vistos en el resto de España y necesitan el contrapeso de una posición irreconciliable y dura -en línea con el Partido Popular - que se vea clara desde Madrid.
Lo de Iceta no deja de ser testimonial en un asunto federal, poco podría hacer el gobierno de la Generalitat por un perdón en clave de indulto, por lo que sus declaraciones son para la tribuna que deberá ingresar su papeleta en la urna.
Onmipresente y siempre ausente
Quien no tiene el problema de regular su presencia física es el propio Carles Puigdemont quien se encuentra omnipresente en distintos actos en todo el territorio catalán mediante conferencias, sus actos no pueden ser vandalizados, pero el formato de cine resulta un poco absurdo, tanto que el staff que conforma el público en cada teatro en que se realizan las proyecciones, se ven las mismas caras y no sería raro que se trate de un elenco estable de público.
La modernidad no ha podido sustituir la potencia del espacio y el tiempo en la comunicación. La ausencia física, no puede aún- ser suplida por lo virtual. Incluso los propios medios de comunicación no encuentran forma de hacer atractivo lo que dice un señor que promete, desde Bruselas, el camino al paraíso de la mano de la independencia.
“Que cunda el pánico”
Con la bandera a cuadros a la vista, los medios internacionales comienzan a instalar sus equipos, ajustar el foco, asegurar el trípode. Los presentadores se peinan, se ajustan la corbata y se preparan para su salida en directo. Pasa desapercibido la ausencia de la escenografía con laurales del podio. Aún no ha sido armado y nadie está pendiente de él.
El 21 de diciembre, seguramente, habrá vencidos, pero no ganadores. El desgaste juega en favor de los “españolistas” hacia la resolución de la crisis que, quizás, necesita de otra elección para resolverse. La política y los políticos, como sucede en el mundo, pagan la cuenta por no dar soluciones a los conflictos.
Europa y el mundo toman nota de lo ocurrido. La crisis internacional está pariendo nuevas tensiones - no previstas- que si bien invisibilizan - con su humo espeso- los problemas reales del sistema, se transforman en un juego demasiado peligroso para la estabilidad social que, mal que mal, tenía a Europa en un equilibrio que mediaba en las tensiones internacionales y evitaba el peor retroceso que conoce la historia mundial: Las guerras mundiales.