Alemania impondrá además la vacuna obligatoria a los profesionales de sectores "sensibles", como personal médico o en contacto con personas vulnerables, y generalizará las restricciones específicas para las personas no vacunadas, como excluirlas de determinados lugares públicos, para combatir un nuevo brote de infecciones por COVID-19, anunció el jueves la canciller saliente, Angela Merkel, tras una reunión de crisis.
Merkel enumeró un amplio paquete de medidas junto a su probable sucesor, el socialdemocrata Olaf Scholz, tras reunirse con los líderes regionales y ante la alarma por los sucesivos récords de incidencia, que hoy subió a 336,9 contagios en siete días por 100.000 habitantes en Alemania.
La llamada norma "2G", que permite que solo los vacunados ("geimpfte") y los curados ("genesene") accedan a lugares públicos como restaurantes o salas de conciertos, se aplicará cuando el umbral de hospitalización supere los tres pacientes de covid por cada 100.000 habitantes, indicó, lo que ya está ocurriendo en la mayoría de las regiones del país. La tasa de ingresos en siete días se sitúa en 5,15 por 100.000 habitantes y la de ciudadanos con la pauta completa de vacunación está en el 67,7 %, de los niveles más bajos en Europa occidental.