Alemania inauguró su primera terminal de gas natural licuado (GNL), con el objetivo de cortar la dependencia de los hidrocarburos rusos tras la invasión en Ucrania.
La instalación puede abastecer 50.000 hogares durante un año y empezará a suministrar el 22 de diciembre. El país además planea la apertura de otras cinco terminales de GNL financiadas por el gobierno en los próximos meses.
Alemania inauguró su primera terminal de gas natural licuado (GNL), con el objetivo de cortar la dependencia de los hidrocarburos rusos tras la invasión en Ucrania.
Construida en un tiempo récord la instalación fue inaugurada en el puerto de Wilhelmshaven, en el mar del Norte. El navío metanero, conocido como unidad flotante de almacenamiento y regasificación (FRSU), fue bautizado como "Hoegh Esperanza".
La terminal, ya cargada con gas de Nigeria que puede abastecer 50.000 hogares durante un año y empezará el suministro el 22 de diciembre.
Alemania planea la apertura de otras cinco terminales de GNL financiadas por el gobierno en los próximos meses, además de una infraestructura privada.
Todas estas terminales juntas deberían suministrar 30.000 millones de metros cúbicos de gas cada año a partir del próximo año, lo que supone un tercio de las necesidades totales del país.
Hasta ahora, el país no disponía de estas terminales y un 55% de su suministro dependía en el gas barato enviado por gasoductos desde Rusia. Desde la invasión de Ucrania, las entregas cayeron y Berlín se vio obligado a recurrir a GNL procesado en puertos de Bélgica, Francia y Países Bajos, pagando una prima por los costos de transporte.
El gobierno decidió invertir para construir sus propias instalaciones lo más pronto posible y gastó miles de millones de euros en hacerse con estas unidades de almacenamiento y regasificación.
Sin embargo, Alemania todavía no ha firmado ningún contrato importante a largo plazo para asegurar el abastecimiento de estas terminales a partir de enero.
Existe un contrato con Qatar para abastecer la terminal de Wilhelmshaven, pero las entregas no están programadas hasta 2026.
Los proveedores quieren contratos a largo plazo, pero Alemania no quiere ese tipo de acuerdos, ya que aspira a alcanzar la neutralidad de carbono en 2045.
Inicialmente, la principal economía de la Unión Europea (UE) puede verse forzada a comprar GNL de mercados al contado, lo que implicará precios más elevados para los consumidores.
El uso de gas es actualmente un 13% inferior al año anterior, pero el gobierno quiere que el descenso llegue al 20%.
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