El metapneumovirus humano (HMPV), un patógeno respiratorio identificado por primera vez en 2001, ha generado alarma en las últimas semanas debido a un brote registrado en el norte de China.
Aunque no es un virus nuevo y pertenece a la misma familia que el Virus Sincicial Respiratorio (VSR), la alta tasa de hospitalización por HMPV y la mortalidad en casos graves despiertan preocupaciones. Diferencias y similitudes con el Covid-19.
El metapneumovirus humano (HMPV), un patógeno respiratorio identificado por primera vez en 2001, ha generado alarma en las últimas semanas debido a un brote registrado en el norte de China.
Aunque no es un virus nuevo y pertenece a la misma familia que el Virus Sincicial Respiratorio (VSR), su alta tasa de hospitalización y mortalidad en casos graves despiertan preocupaciones, especialmente a cinco años del inicio de la pandemia de Covid-19.
A pesar de haber sido detectado hace casi un cuarto de siglo, se estima que el HMPV podría haber comenzado a infectar humanos desde los años ‘60.
Este virus, cuya apariencia recuerda al SARS-CoV-2 con su característica forma de pelotita con espigas, afecta principalmente a niños pequeños, adultos mayores y personas con comorbilidades como EPOC o diabetes.
Se transmite a través de microgotas en el aire, un mecanismo que ya se hizo familiar con el Covid-19.
Según estudios, entre el 90% y el 100% de los niños han sido infectados por este virus antes de los 10 años. Sin embargo, su inmunidad no es duradera, lo que permite reinfecciones a lo largo de la vida.
Este hecho, sumado a la falta de una vacuna específica, coloca al HMPV en una posición de riesgo ante el aumento de contagios.
El brote que afecta al norte de China ha generado saturación en las guardias hospitalarias, aunque las cifras exactas de infecciones siguen sin confirmarse.
Las bajas temperaturas del invierno en esa región exacerban la incidencia de enfermedades respiratorias. Sin embargo, ni la Organización Mundial de la Salud (OMS) ni los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han emitido alertas formales hasta el momento.
Jorge Quarleri, investigador principal del Conicet, explicó a medios nacionales que “la tasa de hospitalización anual por HMPV es similar a la de influenza y parainfluenza combinadas”, pero que la mortalidad en casos graves alcanza el 11%, lo que supera ampliamente la de otros virus respiratorios.
Aunque el HMPV no pertenece a la familia de los coronavirus, comparte con el SARS-CoV-2 varias características: es un virus ARN envuelto y altamente mutágeno, lo que le permite adaptarse rápidamente.
Este mecanismo de mutación, conocido como “error de fotocopiado”, plantea el riesgo de que puedan surgir variantes más virulentas o resistentes a tratamientos.
La comparación con el Covid-19 también resalta las lecciones que no debemos olvidar. Como enfatiza Quarleri, “la prevención sigue siendo clave”. Añade que muchos laboratorios clínicos en Argentina no cuentan con la capacidad para realizar diagnósticos rutinarios de HMPV mediante RT-PCR, lo que podría complicar una eventual respuesta local ante un brote significativo.
El brote de HMPV en China llega justo cuando el mundo marca el quinto aniversario del inicio de la pandemia de Covid-19.
Aunque la situación no es comparable en escala, el metapneumovirus humano recuerda la importancia de no subestimar enfermedades respiratorias y de fortalecer los sistemas de salud y prevención.
“Olvidar las medidas de prevención nos hace proclives a tropezar dos veces con la misma piedra”, concluye Quarleri, subrayando que, aunque las alertas actuales no deben generar pánico, sí deben motivar una reflexión sobre cómo nos preparamos para enfrentar posibles nuevas amenazas virales.
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