La canciller alemana, Angela Merkel, calificó el traslado de inmigrantes a la Unión Europea (UE) desde Bielorrusia como "una amenaza híbrida", mientras aumentan desde el bloque europeo las preocupaciones y críticas contra Minsk por "usar el drama migratorio con fines políticos". "Es una amenaza híbrida, hay que decirlo claramente. (Aleksandr) Lukashenko usa a la gente con fines políticos", dijo la canciller alemana, haciendo una clara referencia al presidente de Bielorrusia. Fue en su última cumbre de la UE, durante la ceremonia de despedida que le hicieron en Bruselas, luego de dieciséis años en el poder en su país.
Merkel agregó que varios países del bloque informaron de las medidas que están tomando para luchar contra la inmigración que llega desde Bielorrusia. Letonia, Lituania y Polonia denunciaron últimamente el aumento del número de inmigrantes indocumentados en la frontera con Bielorrusia, acusando a Minsk de estar creando una crisis migratoria.
Lukashenko, a su vez, declaró que Minsk se niega a seguir conteniendo a los inmigrantes irregulares que intentan llegar a los países de la UE, porque su país "no tiene ni dinero ni fuerzas para hacerlo", debido a las sanciones occidentales.
Los guardias fronterizos bielorrusos a su vez denunciaron en numerosas ocasiones que Letonia, Lituania y Polonia empujan por la fuerza a los inmigrantes hacia el territorio de Bielorrusia. En dicho contexto, Merkel mostró su preocupación por alejarse del escenario político europeo "en un momento en el que hay motivos de preocupación" para el bloque y por la talla de los desafíos que vislumbra.
Llamado "para salvar vidas"
Merkel, justamente, se ocupó en enumerar esos desafíos, que van desde la citada situación migratoria y la recuperación económica pospandemia, hasta el Estado de derecho en los países del bloque. "Hemos superado muchas crisis, pero tenemos una serie de problemas sin resolver", comentó la canciller.
Alrededor de la misma preocupación, la ONU lanzó este viernes un llamado "urgente" a la acción para salvar vidas y evitar sufrimiento a lo largo de las fronteras entre Bielorrusia y la UE, tras la muerte de un solicitante de asilo. El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur) dice que esta es la octava muerte notificada en la región fronteriza, donde grupos de solicitantes de asilo y migrantes están bloqueados hace semanas "en condiciones cada vez más difíciles" y que debería deteriorarse con la llegada del invierno.
"Cuando no se protegen los derechos humanos básicos, hay vidas en juego. Es inaceptable que haya muerto gente. Son rehenes de un impasse político que debe resolverse ahora", señaló, Pascale Moreau, director regional del Acnur para Europa, en un comunicado. Moreau instó a Bielorrusia y Polonia, como signatarios de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951, a respetar sus obligaciones legales internacionales y permitir que quienes buscan asilo en sus fronteras accedan a ella", insistió Moreau.
Entre las personas varadas en la frontera se cuentan 32 afganos, incluidos niños, que viven entre Polonia y Bielorrusia desde mediados de agosto, en condiciones extremas y sin asistencia, según Acnur. Desde agosto, miles de migrantes, en su mayoría de Medio Oriente y África, intentaron cruzar la frontera de la UE, que acusa a Minsk de fomentar este flujo, en represalia por las sanciones impuestas por el bloque europeo tras la represión a la oposición por parte del gobierno bielorruso.