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El mismo día en el que se cumplen 32 años de una de las peores tragedias del país, otro terremoto golpeó a una de las zonas más densamente pobladas del continente americano. En aquella oportunidad hubo más de 3.000 muertos según el Estado, y más de 21.000 según organismos locales.
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El terremoto más fuerte de la historia de México y de su capital, de 8.1 grados, se registró el 19 de septiembre de 1985, hace hoy exactamente 32 años, y según cifras oficiales murieron 3.192 personas aunque organismos locales estiman que fueron unas 20.000.
El epicentro del terremoto del ’85 se localizó en el océano Pacífico mexicano, cercano a la desembocadura del río Balsas, en la costa del estado de Michoacán, y el hipocentro a 15 kilómetros de profundidad bajo la corteza terrestre.Ocurrió a las 7.17 hora local (9.17 hora argentina) y afectó las zonas centro, sur y occidente del país, en particular a la Ciudad de México, donde se percibió a las 07.19 y superó en intensidad y daños al registrado en 1957, que hasta entonces había sido el más notable, según reportaron medios locales.
La réplica acontecida un día después, la noche del 20 de septiembre de 1985, también tuvo gran repercusión para la capital, ya que hizo colapsar estructuras que se habían reblandecido un día antes. ‘Ante la carencia generalizada en el país de una cultura de la protección civil, protocolos de acción y recursos de toda índole ante las grandes catástrofes y una generalizada inacción y minimización de las consecuencias por parte del gobierno encabezado a nivel federal por el entonces presidente Miguel de la Madrid Hurtado, la situación vivida las 48 horas siguientes al sismo fue de un caos generalizado‘, informaron entonces medios mexicanos.
El número preciso de muertos, heridos y daños materiales nunca se conoció, y sólo existen estimaciones que van desde los 3.192 (cifra oficial) hasta los 20.000 muertos, mientras que los daños fueron calculados en 8.000 millones de dólares, 250.000 personas quedaron sin casa y 900.000 fueron evacuadas. Las tareas de rescate se prolongaron hasta octubre, y las de remoción de escombros hasta diez años después, mientras que aún hoy, en 2017, existen campamentos derivados de aquel sismo.