El Litoral dialogó con Mariano, un argentino que actualmente reside en Cracovia, la ciudad polaca cercana a Ucrania y que recibe todos los días a familias que escapan de la invasión rusa.
Mariano contó a El Litoral cómo es vivir en una de las ciudades en las que se puede percibir el éxodo de familias que escapan de la guerra, dejando todo atrás.
El Litoral dialogó con Mariano, un argentino que actualmente reside en Cracovia, la ciudad polaca cercana a Ucrania y que recibe todos los días a familias que escapan de la invasión rusa.
-Recién llegamos a Cracovia, queremos saber cómo se encuentra la localidad, sabemos que hay muchos refugiados ucranianos que están llegando acá y a toda la región.
-Si. están llegando muchos ucranianos, ya hace dos o tres semanas. La estación de autobuses y de trenes está colapsada de gente.
-Cambió la fisonomía de la ciudad a partir de la guerra que se está desatando en territorio ucraniano, los precios, el hospedaje, el abastecimiento de comida. ¿Cómo está la vida "normal" que anteriormente se conocía?
-Se modificó en precios, por ahi si queres conseguir un departamento es más complicado porque los que se dedican a alquilar los están entregando a los ucranianos. Entonces, en ese sentido sí. También en lo que respecta a precios con todo lo que está pasando explotaron. La gasolina, comida y estos productos aumentaron, cuando vas a comprar te encontrás con que salen un 20% más. En eso sí lo sentís, en lo que es la vida cotidiana no.
La vida en Cracovia continúa como si nada. Obviamente, hablás con amigos, con gente que vive acá y todos pensamos lo mismo, que acá no va a pasar nada, no va a llegar. Eso te da esa tranquilidad. Salís por las calles de Cracovia y es la vida normal. Sí empezás a ver algunos soldados norteamericanos dando vueltas y demás, pero no mucho más que eso.
-Para tomar dimensión, ¿Un litro de combustible cuánto cuesta?
-1,70 dólares aproximadamente.
-¿Cuál es la idea generalizada en Cracovia sobre la invasión rusa en Ucrania? ¿O hay también una grieta, como en Argentina hay grietas en tantos temas?
-La verdad que lo que nos pasó a todos, que creo que fue unánime, fue: sorpresa, nos sorprendió a todos. sí sabías, o al menos en mi caso estaba interiorizado, que hace varios años que Rusia está metido en Ucrania y todo el conflicto que estaba pasando, pero de ahí a los bomobardeos y demás, fue literalmente levantarte a la mañana y empezar a leer mensajes que llegaban de Argentina de: ¿Qué pasó?, ¿Cómo están?, ¿Qué pasó en la frontera?. Empecé a leer y cuando prendí el noticiero me di cuenta de lo que había pasado.
-Viendo lo que pasó ¿Tienen miedo ustedes acá?
-No se si miedo, pero te preocupa. Si bien decís 'acá no van a venir porque está la OTAN', no está en nuestras manos. Un día se levanta de mal humor uno de estos y se 'pudrió' todo.
-A veces la información llega confusa a Argentina y no llegamos a tomar dimensión de todo el entramado político, social y demás que hay en este conflicto. ¿Hay buenos o malos en esta guerra?
-En la guerra para mi son todos malos. Yo puedo decir mi pensamiento si querés. Creo que la locura de invadir un país creo que no lo puede aceptar nadie en el mundo, pero cuando escuchas algunos discursos de Putin en cuanto a la OTAN hay algunas cosas que decís: están bien. Los norteamericanos siempre están acá, pero cerca de Estados Unidos nunca pasa nada. Siempre están en otros lados en conflicto, nunca en casa.
Son todos culpables de lo que está pasando e invadir un país, te repito, es inaceptable.
-¿Alguna historia que te haya quedado marcada de contacto con algún refugiado?
-Estuve con un argentino que justo cuando empezó el bombardeo, a los dos o tres días, él pasó por la frontera y, como tengo contacto con la embajada, nos dicen que había un argentino perdido en la terminal de buses de Cracovia. Lo fuimos a buscar y lo trajimos a casa, estuvo un par de días con nosotros y escuchamos en primera persona lo que había pasado en Ucrania, el cruce de la frontera, los 30 km caminando, las más de 30 horas esperando amontonados.
También lo viví por el lado de amigos ucranianos. Yo trabajo especialmente con un chico ucraniano que cuando empezaron los bombardeos no se sabía nada de su abuela, por ejemplo. Yo me encontré con él y contó que no sabía de su abuela porque habían bombardeado a 20 km de su casa. Hoy la familia de él está acá, cruzaron todos la frontera y están en Cracovia.