El pasado 19 de septiembre, Azerbaiyán llevó a cabo un ataque “relámpago” sobre el disputado territorio de Nagorno Karabaj, provocando la rendición del gobierno de la República de Artsaj en tan sólo horas.
El pasado mes de septiembre, desde Bakú se gestó una avanzada sobre la Región de Artsaj. El Litoral dialogó al respecto con el embajador armenio en Argentina, Hovhannes Virabyan.
El pasado 19 de septiembre, Azerbaiyán llevó a cabo un ataque “relámpago” sobre el disputado territorio de Nagorno Karabaj, provocando la rendición del gobierno de la República de Artsaj en tan sólo horas.
Este accionar desató el éxodo de unas 100 mil personas de etnia armenia que habitan la región (aproximadamente un 90% del total), problemática que se extendió durante las semanas siguientes al incidente bélico.
Como consecuencia, se firmó un “acuerdo” para la disolución del gobierno radicado en Nagorno Karabaj y el desarme completo de las formaciones armadas del Ejército de Defensa.
Ante dicha situación, desde el gobierno de İlham Əliyev en Bakú se afirmó que ahora se logró el control del “100% de su territorio” y solicitó la entrega de los “criminales” involucrados.
En relación a las declaraciones del embajador azerí en Argentina, Ramzi Teymurov, El Litoral dialogó con su par armenio, Hovhannes Virabyan:
- Desde Azerbaiyán aseguran que el tema de Nagorno Karabaj es un “asunto interno” y que tras los últimos acontecimientos “controlan el 100 % de su territorio", ¿consideran lo contrario y que se trata de una intervención en suelo netamente armenio?
- Según ese criterio, también los genocidios de Camboya o Ruanda serían asuntos internos de esos países, al igual que el genocidio armenio de 1915 lo sería del Imperio Otomano, o el holocausto judío de la Alemania nazi. Desde el 12 de diciembre de 2022, durante nueve meses, Azerbaiyán estuvo sometiendo a la población originaria de Nagorno Karabaj, de etnia armenia, a un asedio absoluto, a través del bloqueo del corredor de Lachín, sometiendo a sus habitantes a diversas privaciones. Según expertos en materia de derechos humanos, esa situación de por sí constituye un genocidio.
Estas violaciones gravísimas de los derechos humanos no pueden ser consideradas asuntos internos de ningún estado; todos los estados tienen la obligación primaria de proteger los derechos humanos y de prevenir y reparar sus violaciones. Los derechos humanos son absolutos y universales. Considerar los crímenes de lesa humanidad como asuntos internos de un Estado y justificar el uso de la fuerza para la solución de los conflictos significa directamente negar la existencia del derecho internacional.
Hovhannes Virabyan, embajador de la Republica de Armenia en Argentina.
-También aseguran que no hay deportación o emigración forzosa y que la intervención sólo se lleva a cabo por la presencia de “criminales”, ¿cómo definirían al gobierno que se encontraba en la República de Artsaj?
- Después de la caída de la Unión Soviética, tanto las repúblicas como las regiones autónomas podían optar por su independencia y comenzó un proceso de emancipación. Esto no fue una decisión política, sino una necesidad imperativa, porque en distintas ciudades de Azerbaiyán se estaban realizando pogromos y masacres de las minorías armenias por parte de las autoridades locales, organizadas por el gobierno azerbaiyano, en el marco de una gran limpieza étnica.
El embajador precisó en torno a este punto sobre la decisión en particular de Nagorno Karabaj: "para defenderse de las arbitrariedades y persecuciones del gobierno de Bakú, esa dictadura respondió con una guerra. Después de eso, en los pasados treinta años de independencia el pueblo de Nagorno Karabaj eligió sus autoridades en las urnas, de acuerdo con las reglas de la democracia".
En relación, comparó la situación de su país vecino: "A diferencia de Azerbaiyán, que lleva ya décadas gobernado por un presidente que a su vez heredó el cargo de su padre, Nagorno Karabaj logró consolidar instituciones democráticas con autoridades que le rendían cuentas al pueblo. Entiendo que la democracia es algo tan lejano de la idiosincrasia de Azerbaiyán, que a lo mejor está penalizada".
"Por otro lado, me pregunto qué nombre se le puede dar al éxodo masivo de más de 100.000 personas (hasta el momento) de un total de 120.000. Estamos hablando de personas que dejan no solo sus pertenencias, sus casas, sino también las tumbas de sus ancestros, que nacieron y murieron en esa tierra, sus iglesias, monasterios y lugares de culto, y huyen a Armenia únicamente con lo puesto para lograr al menos salvar sus vidas. Ese crimen tiene nombre: limpieza étnica. Una vez que la población originaria de Nagorno Karabaj salga de sus tierras, Azerbaiyán comenzará a repoblar esos territorios con azerbaiyanos, para borrar todo rastro armenio, destruirá lo que queda del patrimonio cultural armenio, como lo lleva haciendo hace décadas, y “homogeneizará” el territorio de ese gran estado “multicultural” y “tolerante” que dice constituir. Lo mismo pasó con Najicheván, ¿alguien puede mostrar un armenio viviendo allí o una iglesia armenia en funcionamiento que se encuentre ahora en ese territorio históricamente armenio? No, por supuesto", concretó Virabyan.
- ¿Cuáles son los puntos de acuerdo en la segunda reunión entre representantes de Armenia y Azerbaiyán? ¿Se están cumpliendo?
- Ante todo, no son representantes de Armenia, sino de Nagorno Karabaj. Otro aspecto a tener en cuenta es que no estamos hablando de una negociación en el sentido clásico de la palabra, no son dos partes intentando encontrar una solución conjunta de común acuerdo. Hay una parte que impone condiciones y la otra que intenta minimizar los graves e irreparables daños para la población civil en la medida de lo posible. Hay casos de autoridades de Nagorno Karabaj que se entregan a Azerbaiyán, donde serán sometidos a juicios ficticios y no tendrán ninguna garantía de preservar su vida, integridad física y seguridad. Lo hacen con el único objetivo de que pueda salir la población. Esta es una de las caras no visibles de la situación, algo que la comunidad internacional ignora, mientras compra las falsas afirmaciones de “tregua” y “paz”. En caso de que la comunidad internacional no interceda, estas personas serán sometidas en Azerbaiyán a juicios que constituirán una verdadera farsa, al igual que los cientos de prisioneros de guerra y otros detenidos armenios que al día de hoy están en prisiones de Azerbaiyán. Para Armenia y el pueblo armenio de todo el mundo la prerrogativa es garantizar el derecho a la vida y la seguridad del pueblo de Nagorno Karabaj. Debido a que Azerbaiyán durante todo este tiempo ha demostrado que es un peligro para la población, la única alternativa que ve el pueblo armenio de Nagorno Karabaj es salir cuanto antes de las tierras que pobló durante miles de años. Por eso es esencial que puedan hacerlo.
- ¿Poseen números estimados de personas trasladadas y cuántos se mantienen aún en Nagorno Karabaj?
- Los números aumentan minuto a minuto. Hasta la última semana, la cantidad de personas que ingresaron en Armenia supera los 100.000. Representa más del 85% de la población de Nagorno Karabaj. En apenas un par de horas, el número de voluntarios ascendió a miles. La sociedad se está reorganizando para facilitar su integración, solucionar todo lo relacionado con vivienda, trabajo, asistencia médica y educación para los niños. Después de meses de sufrimiento y tratamiento inhumano con innumerables pérdidas, están finalmente en un ambiente seguro, contenidos y con un tratamiento digno.
Cabe recordar que anteriormente Armenia había recibido a refugiados de Siria, aproximadamente 45.000 personas, y a cerca de 300.000 personas, como consecuencia de la guerra ruso-ucraniana.
- Sobre la identificación de la población, ¿tienen certezas de que exista algún porcentaje identificado como azerí? Se hizo referencia a una supuesta campaña de miedo para no manifestarse de dicha forma.
- Históricamente la población de Nagorno Karabaj estuvo compuesta por armenios en su gran mayoría, más del 90 por ciento. También habitaron kurdos, rusos, griegos y azerbaiyanos. Hoy día viven en Armenia ciudadanos de etnia azerbaiyana unidos en matrimonios mixtos con armenios, que han decidido quedarse en Armenia. A diferencia de lo que ocurre con personas de origen armenio en Azerbaiyán y Nagorno Karabaj, esos azerbaiyanos no han sufrido ninguna amenaza contra su vida; más aún, son ciudadanos de pleno derecho de la República de Armenia, que gozan de todas las prerrogativas constitucionales. En cuanto a la argumentación sobre una supuesta “campaña de miedo”, es simplemente parte de la propaganda de Azerbaiyán, que le adjudica su propia realidad a Nagorno Karabaj. Azerbaiyán conoce de primera mano lo que son las campañas de miedo, lo saben los políticos de la oposición, los activistas de derechos humanos, los periodistas, los blogueros, los escritores y otros ciudadanos de Azerbaiyán, que permanecen en prisión por haberse atrevido a expresar una opinión distinta a la oficial.
Según la Unión por la Libertad a los Prisioneros Políticos en Azerbaiyán (SSPZA), que publicó una lista actualizada el pasado 31 de julio, actualmente hay 204 prisioneros políticos en Azerbaiyán.
- Respecto a la situación interna de Armenia, ¿cuáles son los elementos que relacionan al primer ministro Pashinián con el “acuerdo”?
Hay una tergiversación constante de parte de Azerbaiyán de intentar involucrar a Armenia en los últimos acontecimientos que sucedieron en Nagorno Karabaj, de culpar y responsabilizar a Armenia de los actos de Azerbaiyán, presentando las acciones de Azerbaiyán como reacciones a escenarios fabricados, que tienen por protagonista a Armenia. La ofensiva de Azerbaiyán de septiembre pasado contra la población civil de Nagorno Karabaj terminó con un alto el fuego mediado por Rusia, con un “acuerdo” entre Azerbaiyán y las autoridades de Nagorno Karabaj.
Después de la guerra de 2020, las fuerzas de mantenimiento de paz de Rusia debían garantizar la paz en Nagorno Karabaj, y Azerbaiyán, como todo actor internacional, debía actuar de conformidad con el principio de “no agresión”. Sin embargo, Rusia no pudo cumplir con sus obligaciones y Azerbaiyán violó las suyas. Entonces, resulta totalmente absurdo incluir a Armenia en lo sucedido. Al ver que diplomáticamente sus planes no funcionaron, Azerbaiyán no escatimó esfuerzos en involucrar a Armenia en la última guerra. Antes de atacar a Nagorno Karabaj, Azerbaiyán no solo había acumulado tropas en la línea de contacto con Nagorno Karabaj, sino también en la línea de contacto con Armenia, esperando cualquier declaración o movimiento para tener la excusa de atacar.
-¿Sigue firme su mandato? ¿Sienten algún tipo de presión o “mano externa” para forzar un cambio de gobierno?
-Armenia es un estado democrático que sigue ese camino desde hace más de treinta años, desde los primeros días de nuestra independencia, en una región donde la mayoría opta por el autoritarismo. Como lo establece el sistema democrático, el actual gobierno de Armenia fue elegido en las urnas. El que decide es el pueblo armenio y es el único que tiene el poder de elegir y cambiar a sus autoridades.
-¿Cuál es la valoración de la participación de Rusia en el conflicto? ¿Esperan un rol más activo de Occidente?
-Valoramos el involucramiento que tuvo la Federación de Rusia en las últimas décadas, especialmente en la etapa inicial, junto con Francia y Estados Unidos. Sobre la situación después de la guerra de 2020, con una mirada objetiva y a la vista de lo que ocurre en el terreno, resulta evidente que los esfuerzos no fueron suficientes. Para nosotros no se trata de Oriente o de Occidente. Están ocurriendo atrocidades y la existencia del pueblo armenio peligra; entonces, en el caso de cualquier pueblo que estuviera atravesando por esa situación, la comunidad internacional tendría que involucrarse de manera activa para evitar daños irreparables, que ya están sucediendo. También se necesita de una participación más activa para mediar entre las partes, y con esto me refiero en primer lugar a las autoridades de Azerbaiyán y de Nagorno Karabaj, porque estamos ante una situación en la que una de las partes impone condiciones y la otra acata bajo amenaza a su propia existencia, para salvar aunque sea una vida más. Todos parecen ignorar las represalias de Azerbaiyán para con la población de Nagorno Karabaj y sus autoridades.
-¿Temen por un eventual escenario de “limpieza étnica”?
-Uno teme por algo que va a pasar, no por algo que ya está sucediendo. Después del cese de los bombardeos, en solamente un par de días, más de cien mil personas abandonaron todo y encontraron refugio en Armenia. Azerbaiyán creó las circunstancias para someter a la población armenia a condiciones que causaban su destrucción física durante nueve meses, después los atacó indiscriminadamente. A eso le sumamos tres años de terror y peligro permanente que vivió el pueblo de Nagorno Karabaj, con las fuerzas armadas de Azerbaiyán secuestrando y asesinando civiles a partir del desenlace de la guerra de 2020, que tuvo consecuencias devastadoras. A ello, debemos sumarle la complicada “convivencia” de Nagorno Karabaj con Azerbaiyán en los años previos a que su población optara por la independencia en setiembre de 1991. En esa etapa ocurrieron masacres de minorías de etnia armenia en distintas ciudades azerbaiyanas y el ejercicio permanente de una política de discriminación étnica. Evidentemente, Azerbaiyán nunca quiso, y ahora, por supuesto, menos va a querer tener habitantes de etnia armenia.
"La existencia del pueblo armenio originario de Nagorno Karabaj echa por tierra todas sus teorías sobre su origen como pueblo y como Estado. Más allá de eso, ningún armenio puede estar seguro en un Estado que ha venido inyectando odio y armenofobia en su población durante más de treinta años, en un país que glorifica a los que asesinan armenios. Es por eso que no debemos permitir de ninguna manera que se baje el telón sobre Nagorno Karabaj y que Azerbaiyán actúe sin rendirle cuentas a nadie, cometiendo crímenes a diestra y siniestra contra la población de Nagorno Karabaj, mientras cuenta falsos relatos en las plataformas internacionales y hace llamamientos a los otros Estados de no entrometerse en los asuntos regionales. Los derechos humanos de la población de Nagorno Karabaj no son una cuestión interna de Azerbaiyán, y su protección es el deber de toda la comunidad internacional", remarcó el diplomático sobre el principal temor de los armenios.
"Uno se pregunta: ¿Dónde están ahora los 600.000 armenios que vivían en la República Socialista Soviética Azerbaiyana hasta principios de los años 90? ¿Dónde están los armenios de Najicheván, Sumgait, Bakú, Kirovabad? ¿Dónde está el milenario patrimonio cultural armenio de esas tierras? ¿Acaso hay una sola iglesia armenia que funcione hoy día en Azerbaiyán? Claro que no, y lo mismo le espera lamentablemente a Nagorno Karabaj si la comunidad internacional sigue manejándose con esta dualidad de criterios y únicamente sobre la base de intereses económicos y geopolíticos. Desgraciadamente, la política agresiva de armenofobia instaurada por Azerbaiyán no se circunscribe exclusivamente a la violencia contra los armenios de Nagorno Karabaj. El pasado 2 de octubre, fuerzas armadas de Azerbaiyán atacaron transportes de alimentos que se trasladaban dentro del territorio soberano de la República de Armenia con un saldo de un muerto y dos heridos. Divisiones de las fuerzas armadas de Azerbaiyán han atacado también una ambulancia de Armenia en un hecho que se califica como una severísima violación del derecho internacional humanitario", sentenció Virabyan.
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