El número de muertos por la ruptura de una represa de una mina de hierro en la ciudad de Brumadinho, en el sureste de Brasil, aumentó a 142, mientras que el de desaparecidos se redujo a 194, según el último balance reportado hoy por la Defensa Civil local.
Las labores de búsqueda comenzaron esta mañana a primera hora con la participación de unos 400 hombres entre bomberos, soldados del ejército y voluntarios.
Según el reporte, durante la jornada se exploraron 22 puntos de la región afectada con la ayuda de "10 helicópteros" y apoyados por "embarcaciones y máquinas excavadoras", ya que en algunas zonas el lodo llegó a los 20 metros de altura.
La tragedia ocurrió el 25 de enero pasado, cuando una de las represas donde se almacenaban residuos minerales de un complejo del gigante minero brasileño Vale en Brumadinho, municipio de Minas Gerais, se rompió y generó un alud que sepultó las instalaciones de la propia compañía y cientos de propiedades rurales.
En el terreno judicial, la justicia brasileña ordenó esta mañana dejar en libertad, de manera cautelar, a las cinco personas que habían sido arrestadas el 29 de enero, acusadas de haber "adulterado documentos sobre la seguridad de la represa que se rompió".
El instructor del caso, magistrado Nefi Cordeiro, consideró que los dos ingenieros de la empresa alemana Tüv Süd y los tres empleados de la minera Vale "ya declararon ante la Justicia y no ofrecen riesgo a la sociedad", por lo que "no hay fundamentos idóneos para las prisiones".
A raíz de varias acciones interpuestas por el Gobierno regional y la Fiscalía, la Justicia embargó por unos 12.000 millones de reales (unos 3.260 millones de dólares) las cuentas de Vale "para garantizar el pago de las indemnizaciones a las víctimas y los daños provocados".
Vale había anunciado la semana pasada que cerraría "todas las represas construidas con el mismo método que la de Brumadinho", es decir, "a partir de los propios residuos y la tierra de la zona".
No obstante, ayer la compañía anunció que apelará contra una decisión de la Justicia que ordenó frenar operaciones en al menos ocho de sus represas, entre ellas la de Laranjeiras, en la Mina de Brucutu, la mayor de Vale en Minas Gerais y cuyo cese implicaría una pérdida de unos "30 millones de toneladas de mineral de hierro al año".
La tragedia de Brumadinho se produjo tres años después de otra similar ocurrida en Mariana, municipio situado también en el Estado de Minas Gerais y donde la rotura de varios diques de la minera Samarco, controlada por Vale y BHP Billiton, provocó 19 muertos y un grave daño ambiental.