Numerosas calles de Seúl amanecieron este martes con una estampa postapocalíptica, después de que muchas personas abandonaran la noche anterior sus vehículos en la calzada para refugiarse de las repentinas inundaciones, que han afectado a viviendas, comercios e infraestructuras de transporte como el metro, entre otros.
Varias zonas de Seúl, así como la ciudad portuaria de Incheon y la provincia de Gyeonggi, que rodean a la capital de Corea del Sur, registraron más de 100 milímetros de lluvia por hora durante la noche del lunes, llegando a alcanzar los 141 milímetros en el distrito de Dongjak, al sur de la capital, en el que supone el mayor aguacero desde 1942.
Cinco de los fallecimientos se produjeron en la capital, donde cuatro personas siguen desaparecidas, mientras que las otras tres muertes contabilizadas hasta el momento tuvieron lugar en Gyeonggi, donde aún hay dos desaparecidos por las precipitaciones, según los últimos detalles recogidos por la agencia local de noticias Yonhap. Otro de los fallecidos en la capital murió electrocutado mientras realizaba trabajos de limpieza tras caer un árbol por las lluvias.
Además, Corea del Norte declaró la alerta en el sur del país. La alerta afecta a las provincias de Hwanghae del Norte y Hwanghae del Sur, algunas zonas del sur de la provincia de Gangwon y a la ciudad de Kaesong, fronteriza con Corea del Sur, según la información proporcionada por la televisión estatal KCTV.
La emisora norcoreana dijo que se esperan entre 60 y 80 milímetros de lluvia en esas regiones.
Los medios estatales norcoreanos han emitido imágenes de desbordamientos del río Taedong, que atraviesa Pionyang, y varios paseos ribereños en la capital inundados.