La Corte Suprema de Brasil aceptó el lunes (08.05.2023) las denuncias contra otros 250 acusados de participar en el asalto a los tres poderes del 8 de enero, cuando miles de bolsonaristas intentaron derrocar al presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Con estas personas, suman ya 550 las procesadas por la máxima instancia judicial brasileña a raíz de la asonada golpista del 8 de enero pasado.
La Corte Suprema de Brasil aceptó el lunes (08.05.2023) las denuncias contra otros 250 acusados de participar en el asalto a los tres poderes del 8 de enero, cuando miles de bolsonaristas intentaron derrocar al presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Con esta última decisión, la máxima instancia judicial brasileña ya ha procesado a 550 personas desde que empezó a analizar las denuncias presentadas por la Fiscalía General por la asonada golpista que se produjo una semana después de Lula asumir la Presidencia.
Los magistrados del alto tribunal tienen previsto iniciar este martes el análisis virtual de otro bloque de querellas relacionadas con el asalto de Brasilia del 8 de enero, que hasta el momento totalizan 1.390.
Ese día, miles de simpatizantes del exmandatario ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022) invadieron y destrozaron las sedes de la Presidencia, el Congreso y el Supremo, con la intención de provocar una intervención de las Fuerzas Armadas para derrocar a Lula.
Las autoridades brasileñas llegaron a detener a unas 2.000 personas por esos actos golpistas, aunque en la actualidad permanecen en prisión menos de 300. El resto aguarda el final del proceso en libertad con medidas cautelares.
Los acusados enfrentan ante la Justicia graves delitos como "abolición violenta del Estado Democrático de Derecho", "golpe de Estado" y "asociación ilícita armada".
Desde entonces, la Policía Federal ha abierto varias líneas de investigaciones para averiguar los autores intelectuales de la intentona golpista, así como a aquellos que la financiaron.
Bolsonaro, que el 8 de enero se encontraba en Estados Unidos, adonde viajó dos días antes de terminar su mandato para evitar entregarle la banda presidencial a Lula, consta como investigado por "incitar" a sus seguidores a atacar las instituciones democráticas.
El político ultraderechista, que gobernó entre 2019 y 2022, declaró el 26 de abril ante la Policía y negó cualquier tipo de responsabilidad en la intentona golpista.
Bolsonaro es investigado en una veintena de procesos por abusos de poder, entre otros cargos, en causas que tramitan en la Justicia ordinaria, el Supremo y en tribunales electorales.