Un ataque israelí sobre el sur de Líbano mató a primera hora del lunes a un comandante de campo del grupo libanés Hezbolá, mientras Naciones Unidas anunciaba que los bombardeos se estaban extendiendo e instaba a detener la violencia.
Los últimos ataques israelíes abatieron a unos 270 combatientes de Hezbolá y 50 civiles, entre ellos niños, médicos y periodistas.
Un ataque israelí sobre el sur de Líbano mató a primera hora del lunes a un comandante de campo del grupo libanés Hezbolá, mientras Naciones Unidas anunciaba que los bombardeos se estaban extendiendo e instaba a detener la violencia.
El grupo armado Hezbolá y el ejército israelí estuvieron intercambiando disparos a través de la frontera sur de Líbano en paralelo a la guerra de Gaza, aumentando los temores de un conflicto regional más amplio.
A primera hora del lunes, aviones de combate israelíes alcanzaron la localidad de al-Sultaniyah y mataron a un comandante de campo de las unidades de élite Radwan de Hezbolá y a otras dos personas, según informó el ejército israelí y dos fuentes de seguridad libanesas.
El ejército israelí identificó al comandante como Ali Ahmed Hassin y dijo que era responsable de planificar y ejecutar a tentados contra israelíes. Hezbolá emitió un aviso fúnebre por Hassin, pero sin detalles sobre su papel.
Los ataques israelíes abatierron a unos 270 combatientes de Hezbolá en los últimos seis meses, así como a unos 50 civiles, entre ellos niños, médicos y periodistas. Los cohetes de Hezbolá han matado a una docena de soldados israelíes y a unos seis civiles.
Los bombardeos desplazaron a decenas de miles de personas en ambos bandos y afectaron con especial dureza a la economía agrícola del sur del Líbano, donde los campos bombardeados quedaron sin sembrar o cosechar.
En un comunicado conjunto el lunes, la coordinadora especial de las Naciones Unidas para el Líbano, Joanna Wronecka, y el comandante de la misión de mantenimiento de la paz de la ONU en el Líbano, Aroldo Lázaro, afirmaron que la violencia debe cesar.
"El incesante ciclo de ataques y contraataques en violación del cese de hostilidades constituye la violación más grave de la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad desde su adopción en 2006", afirmaron.
Dicha decisión de la ONU puso fin a una guerra de un mes entre Hezbolá e Israel hace casi dos décadas, pero muchos de sus puntos -incluida la retirada de los grupos armados del sur y el despliegue de tropas del ejército libanés- nunca se aplicaron.
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