El número de civiles muertos tras el ataque ruso del sábado contra la ciudad de Odesa, en el sur de Ucrania, ascendió este domingo a diez, luego de que los equipos de rescate hallaran el cuerpo de una mujer entre los escombros, para poco después agregar que junto a ella se había encontrado el cuerpo inerte de un pequeño bebé. "La madre trató de cubrir al bebé de ocho meses con su cuerpo. Los encontraron abrazados", afirmaron los Servicios de Emergencia del Estado, que publicaron una foto pixelada del rescate de los restos mortales de entre los escombros.
"El número total de muertos, por desgracia, ha subido a diez", agregó la institución. Entre las víctimas cuyos cuerpos sin vida se recuperaron el sábado ya figuraba una mujer con su bebé de cuatro meses, así como un niño de dos años de edad. El ataque ruso con drones tipo kamikaze de fabricación iraní destruyó varios bloques de apartamentos en la ciudad costera del sur de Ucrania en la noche del viernes al sábado.
Mirá tambiénGuerra en Ucrania: Putin alertó sobre una guerra nuclear si interviene Occidente Tras este nuevo ataque contra la población civil, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, condenó el "terror ruso" y pidió más defensas antiaéreas a los aliados occidentales. "El escudo aéreo ucraniano debe ser reforzado para proteger de forma efectiva a nuestra gente del terror ruso. Más defensas aéreas y misiles antiaéreos es lo que salva vidas", escribió el mandatario en sus redes sociales.
En tanto, las baterías antiaéreas rusas instaladas en la Crimea ucraniana ocupada habrían derribado 38 drones ucranianos, según el Ministerio de Defensa de Moscú. Los drones presuntamente abatidos eran de ala fija, precisó el comunicado castrense. Ante la falta de munición para artillería, Kiev recurre a los drones de fabricación propia para golpear la retaguardia rusa, en particular fábricas de armamento, refinerías y depósitos de combustible.
Enojo y advertencia de Alemania contra Putin
El presidente ruso Vladimir Putin busca "desestabilizar a Alemania" con la filtración de una conversación confidencial de militares alemanes sobre la entrega de armas a Ucrania, acusó el domingo el ministro alemán de Defensa, Boris Pistorius. "Es parte de una guerra de información que Putin está librando. No hay ninguna duda al respecto", afirmó. "Es un ataque híbrido dirigido a la desinformación. Se trata de división. Se trata de socavar nuestra determinación".
El jefe del gobierno alemán Olaf Scholz prometió el sábado "¡Una investigación exhaustiva del caso!" La directora del canal estatal ruso RT, Margarita Simonián, publicó el viernes una grabación de audio de 38 minutos que, según ella, es un extracto de una conversación entre oficiales alemanes sobre un eventual bombardeo en Crimea.
En la conversación, se trata la posibilidad de que el ejército ucraniano use misiles Taurus, de fabricación alemana, y sobre su potencial impacto. También se habla de eventuales blancos de ataque, como el puente que conecta la ocupada península de Crimea con Rusia, sobre el estrecho de Kerch.
Continúan presentando respetos a Navalny ante su tumba
Por tercer día consecutivo, se formaron largas colas frente al cementerio de Borisovo, en el sur de Moscú, donde Alexey Navalny fue enterrado el viernes, tras su impactante muerte el mes pasado. Cientos de partidarios de Navalny hicieron cola para depositar flores y rendir homenaje al fallecido líder de la oposición este domingo, en una importante muestra de apoyo al activista anticorrupción, que murió el mes pasado en una colonia penitenciaria del Ártico.
Esta muestra de afecto del pueblo ruso hacia el más acérrimo y notorio crítico del presidente Vladímir Putin se produce apenas dos semanas antes de que el líder del Kremlin se asegure otro mandato presidencial de seis años, en unas elecciones en las que realmente no enfrentará competencia electoral alguna.
Como los dos días anteriores, nuevamente se formaron largas colas frente al cementerio moscovita de Borisovo. "Es una señal de que la gente siente la magnitud de la pérdida, la magnitud de la persona, siente exactamente lo que esta persona hizo por el país", dijo un asistente a la agencia de noticias AFP.
Miles de personas asistieron al funeral y al entierro de Navalny el viernes pasado, incluso cuando el Kremlin advirtió a los dolientes que podrían ser arrestados si considera que violan las estrictas leyes antiprotestas de Moscú, las cuales prohíben manifestaciones y reuniones públicas no autorizadas.
Con la muerte de Navalny, Rusia ha perdido al rival más conocido de Putin, pero también ha ganado inesperadamente un nuevo símbolo de la resistencia, la viuda del dirigente opositor fallecido, Yulia Navalnaya, quien ya se ha comprometido públicamente a continuar la lucha de su marido "contra el régimen" e instó a los demás "a luchar más duro, más desesperadamente y más ferozmente que antes".
"Sé que ya parece imposible hacer más, pero hace falta más. Unirnos en un solo puño poderoso y golpear a su régimen demencial: Putin, sus amigos, los bandidos con uniforme, ladrones y asesinos que han paralizado nuestro país", dijo Yulia en un video en el canal de YouTube de Navalny.
Navalnaya expresó que su marido era "inquebrantable". "Y es exactamente por eso que Putin lo mató, vergonzosamente, cobardemente, sin siquiera mirarlo a los ojos", enfatizó. El Kremlin ha negado cualquier implicación en la muerte de Navalny, pero Yulia cree que fue "asesinado por su labor como luchador contra la corrupción y por ser crítico con el gobierno". Esta es también la postura que han expresado la mayoría de los líderes occidentales.
Los comentarios de Navalnaya podrían ponerla fácilmente en el punto de mira de las mismas personas a las que ha acusado de asesinar a su marido. Y la muerte de Navalny no es un caso aislado: casi todos los críticos notables del Kremlin han muerto, han sido encarcelados o se han visto obligados a exiliarse.
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