Lunes 5.10.2020
/Última actualización 10:23
La tensión en la región del Cáucaso sur de Nagorno-Karabaj entre Azerbaiyán y Armenia cumple ya ocho días, y los choques entre ambos Ejércitos se están recrudeciendo dramáticamente, entre acusaciones de bombardeos a enclaves civiles. Este domingo, Bakú ha acusado a Armenia de un ataque con cohetes sobre su segunda mayor ciudad, Ganja, localizada fuera del territorio en disputa, mientras que la destrucción de los intensos ataques azeríes se han cebado con la capital del enclave separatista, Stepanakert.
Al menos un civil ha muerto y una treintena más resultaron heridos en el ataque del domingo a zonas residenciales de Ganja, la segunda ciudad más grande de Azerbaiyán y a 100 kilómetros al norte de la capital de Karabaj siempre según las autoridades azeríes. "Abrir fuego contra el territorio de Azerbaiyán desde Armenia es claramente una provocación y expande la zona de las hostilidades", ha declarado el ministro de Defensa azerí, Zakir Hasanov, en un comunicado. Armenia ha negado las acusaciones. "Ningún fuego de ningún tipo está siendo lanzado desde el territorio de Armenia en dirección a Azerbaiyán".
Mientras tanto Stepanakert, la capital del disputado enclave separatista de Nagorno-Karabaj, que ya había sido bombardeada el pasado viernes, amaneció el domingo bajo fuego azerí, que ha destrozado infraestructuras civiles y matado a un número indeterminado de civiles. Varias decenas de cohetes estallaron causando incendios y graves daños, según pudo constatar la Agencia Efe en Stepanakert. Desde las 07:00 de la mañana hora local hasta casi el mediodía las alarmas antiaéreas prácticamente no cesaban de sonar. El Ministerio de Exteriores de Armenia ha acusado a las fuerzas azerbaiyanas de "atacar deliberadamente a la población civil".
El líder de Nagorno-Karabaj, Arayik Harutyunyan, ha declarado que fueron fuerzas karabajíes las responsables de los misiles sobre la ciudad azerí de Ganja, en respuesta a los ataques que estaba sufriendo Stepanakert: "Como acto de autoprotección, en respuesta a varios días de bombardeos deliberados" con "municiones de racimo prohibidas ... Ordené bombardear las instalaciones militares de Ganja", ha escrito Harutyunyan en su cuenta de Twitter.
Harutyunyan prometió una "respuesta acorde" contra objetivos militares si Azerbaiyán continuaba su agresión.
ReutersEstos últimos intercambios de fuego, que estallaron hace una semana, es el episodio de violencia más sostenida y grave que ha visto la región en años, y ha involucrado artillería pesada, tanques, misiles y numerosa desinformación y acusaciones cruzadas entre ambos países.
Esta lucha acera a las dos exrepúblicas soviéticas un paso más hacia la guerra abierta y total después de ocho décadas de enfrentamientos por el control de la región de Nagorno-Karabaj, estado independiente de facto apoyado por Armenia pero no reconocido por otros países, incluido Azerbaiyán. La actual contienda se ha cobrado ya más de 100 muertes confirmadas entre civiles y combatientes del lado armenio, según la BBC, y un número indeterminado en el lado azerí, que no ha publicado detalles sobre las bajas militares, pero que cifra en 24 los civiles fallecidos.
El recrudecimiento del conflicto puede arrastrar también a las potencias regionales Turquía, Rusia e Irán a una batalla por la influencia en el sensible sur del Cáucaso. Hasta el momento, Turquía ya ha mostrado abiertamente su apoyo a Azerbaiyán.
Este jueves, el Ejército de Armenia afirmó haber derribado cuatro drones ofrecidos por Turquía cerca de la capital armenia de Ereván, y hay reportes del envío de miles de combatientes sirios desde Turquía a Azerbaiyán. Según informa The Guardian, al menos 1.000 combatientes sirios, que trabajarían para una firma de seguridad privada turca han sido desplegadas al conflicto, una información negada tanto por Ankara como por Bakú. Sin embargo, los cuerpos de al menos 50 combatientes sirios han sido repatriados desde Nagorno, según testimonios de varias de las familias al rotativo británico.