Al menos 91 personas han muerto este domingo en Bangladesh en enfrentamientos entre manifestantes que exigen la renuncia de la primera ministra Sheikh Hasina y partidarios del gobierno, según algunos reportes, lo que eleva la cifra de fallecidos a 283 desde julio último. Entre los muertos hay al menos 14 policías y 300 agentes heridos, señaló el portavoz del cuerpo armado, Kamrul Ahsan. Las protestas, que comenzaron en junio de este año para denunciar las politizadas cuotas de admisión a cargos públicos, se transformaron en los peores disturbios a los que se ha visto confrontada Hasina en sus veinte años en el poder.
Las tropas restablecieron brevemente el orden entonces, pero las multitudes volvieron a las calles este mes, con llamados a paralizar el gobierno. Miles de personas, muchas armadas con palos, abarrotaron este domingo la céntrica plaza Shahbagh de la capital Daca y se produjeron batallas callejeras en varios lugares de la capital, así como en otras ciudades importantes, indicó la policía.
El ejército anunció que un nuevo toque de queda entrará en vigor este domingo en la noche por un período indefinido en Daca y otras localidades. Hasina, que tiene 76 años y dirige el país desde 2009 -aunque ya había estado en el cargo de primera ministra entre 1996 y 2001-, ganó sus cuartas elecciones consecutivas en enero pasado, en unos comicios sin una oposición real. Grupos de derechos humanos acusan a su gobierno de usar indebidamente las instituciones del Estado para afianzarse en el poder y acabar con la oposición mediante ejecuciones extrajudiciales, entre otras medidas.
Llamado a la "No cooperación"
La inestabilidad política en la populosa nación del sur asiático se iniciaron en junio por denuncias contra politizadas cuotas de admisión a cargos públicos. Los disturbios fueron creciendo hasta convertirse en los peores para Hasina en sus dos décadas de gestión. En junio las fuerzas armadas habían logrado neutralizar la protesta, pero en los últimos días de julio volvieron a recobrar virulencia. En su momento entró en vigor un toque de queda decretado por el Ejército en Daca y otras ciudades, por un período indefinido. Grupos de derechos humanos acusan al gobierno de Hasina de usar indebidamente las instituciones del Estado para afianzarse en el poder y acabar con la oposición mediante ejecuciones extrajudiciales, entre otras medidas.
Mirá tambiénLocura en Bangladesh: miles de personas salieron a festejar el triunfo argentinoLas marchas comenzaron en julio cuando los estudiantes pidieron que se abandonara un sistema que reservaba el 30% de los puestos en el gobierno a familiares de veteranos, pero derivaron en choques violentos en los que murieron más de 200 personas. Entonces, el Gobierno cerró escuelas y universidades de todo el país. Además se impuso un toque de queda con la orden de disparar a quien no lo cumpliera y se restringió el acceso a Internet. Se estima que hay al menos 11 mil personas detenidas en las últimas horas.
Los manifestantes hicieron una llamada a la "no cooperación" e instaron a la gente a no pagar los impuestos ni las facturas de la luz ni acudir a trabajar el domingo, un día laborable en Bangladesh. Oficinas, bancos y fábricas abrieron, aunque los trabajadores en Daca otras ciudades tenían problemas para llegar a sus puestos. Entre tanto, miles de miembros del Partido Liga Awami, que gobierna el país, y sus organismos asociados tomaron las calles en contramanifestaciones, lo que incrementaba el riesgo de confrontaciones violentas.
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