El papa emérito Benedicto XVI cuestionó la posibilidad de que el actual pontífice, Francisco, pueda avalar la ordenación sacerdotal de hombres casados para casos particulares y consideró “indispensable” mantener el celibato de los sacerdotes.
El papa emérito Benedicto XVI cuestionó la posibilidad de que el actual pontífice, Francisco, pueda avalar la ordenación sacerdotal de hombres casados para casos particulares y consideró “indispensable” mantener el celibato de los sacerdotes.
“Creo que el celibato tiene un gran significado y es indispensable para que nuestro viaje hacia Dios siga siendo la base de nuestra vida”, planteó el alemán Jospeh Ratzinger en el libro “Desde el profundo de nuestro corazón”, que este miércoles publicará Fayard en Francia.
La obra, coescrita con el cardenal guineano Robert Sarah, considerado uno de los jefes de la oposición conservadora a Jorge Bergoglio, saldrá a la luz a semanas de que Francisco publique su exhortación sinodal con las conclusiones del Sínodo amazónico de 2019 en la que podría incluir una apertura a la abolición del celibato para casos puntuales.
“No puedo callar” antes esta posibilidad, agregó Ratzinger en su texto, que volvió a incumplir su promesa de mantener una vida de oración y silencio una vez alejado del cargo de Papa.
En el libro, anticipado por el diario francés Le Figaró, Benedicto y Sarah reconocen que la motivación para la obra fue el Sínodo dedicado a la Amazonia que convocó Bergoglio en octubre pasado y luego del que los obispos le recomendaron al actual Papa avanzar con la posible ordenación de hombres casados para algunas zonas con poca vocación sacerdotal.
“En los últimos meses, a medida que el mundo ha estado resonando con el alboroto creado por un extraño sínodo mediático que ha prevalecido sobre el sínodo real, nos hemos visto, nos hemos encontrado”, agregaron Ratzinger, de 92 años, y Sarah, de 74.
A fines de octubre, los participantes del Sínodo dedicado a la Amazonia le entregaron a Bergoglio un documento con las conclusiones de la reunión, entre ellas la propuesta para avanzar en la ordenación de hombres casados.
“Proponemos establecer criterios y disposiciones de parte de la autoridad competente, en el marco de la Lumen Gentium 26, de ordenar sacerdotes a hombres idóneos y reconocidos de la comunidad, que tengan un diaconado permanente fecundo y reciban una formación adecuada para el presbiterado, pudiendo tener familia legítimamente constituida y estable”, plantearon los participantes en el punto 111 del documento de 120 párrafos entregado al pontífice.
La posible ordenación de los denominados “viri probati”, que hace referencia a la constitución apostólica aprobada por el Concilio Vaticano II, fue el punto que más rechazos despertó en los padres sinodales, ya que fue aprobado con 128 votos a favor y 41 en contra.
Además, según el documento, la propuesta llegó incluso a ser planteada fuera de las fronteras amazónicas: “A este respecto, algunos se pronunciaron por un abordaje universal del tema”, agregó el punto 111.
En ese marco, tras la difusión de los primeros extractos del libro de Ratzinger y Sarah, la prensa especializada consideró a las palabras del papa emérito como un gesto polémico hacia Bergoglio.
“El pontificado emérito será la reforma final de Francisco”, planteó en Twitter el británico Austen Ivereigh, autor de varios libros sobre Jorge Bergoglio.
“¡Una puñalada trapera! Benedicto, al renunciar, dijo que subía al monte a rezar”, planteó luego el español José Manuel Vidal, director del sitio religión digital.