Miércoles 22.5.2024
/Última actualización 23:33
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu -también conocido por el alias de Bibi-, enfrenta una encrucijada sin precedentes que amenaza tanto su liderazgo interno como su reputación internacional. La Corte Penal Internacional (CPI), con sede en La Haya (Países Bajos), ha exigido órdenes de detención contra él y su ministro de Defensa, Yoav Gallant (ambos del partido Likud), por presuntos crímenes de guerra y contra la humanidad, una situación que se suma a las crecientes tensiones dentro de su propio gabinete.
Acusación de la CPI
El fiscal de la CPI, Karim Khan, anunció el 20 de mayo pasado la solicitud de órdenes de detención contra los nombrados Netanyahu y Gallant, así como contra tres líderes de Hamás: Yahya Sinwar, Mohammed Diab Ibrahim Al-Masri e Ismail Haniyeh. Según la CPI, todos estos individuos son responsables de "crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad" en Israel y Palestina.
Entre las acusaciones contra Netanyahu y Gallant se incluyen las de "causar hambre a civiles como método de guerra" y "dirigir intencionadamente ataques contra una población civil", mientras que los líderes de Hamás son acusados de "tomar rehenes" y "torturas". El fiscal Khan enfatizó que "ningún dirigente civil puede actuar con impunidad" y subrayó la importancia de aplicar el derecho internacional humanitario a todas las partes en conflicto.
Rebelión de Gallant y Gantz
Dentro de Israel, Bibi Netanyahu también enfrenta desafíos significativos de sus propios ministros. El propio ministro de Defensa ha exigido públicamente que Netanyahu descarte cualquier plan de imponer un régimen militar en Gaza tras el conflicto. Gallant ha pedido una "alternativa de gobierno" que pueda erradicar la influencia de Hamás sin recurrir a una ocupación militar israelí, argumentando que una administración militar sería contraproducente y sólo fortalecería a Hamás o llevaría a un dominio militar israelí no deseado.
"Pido al primer ministro Benjamin Netanyahu que tome una decisión y declare que Israel no ejercerá un gobierno civil en la Franja de Gaza, porque no se establecerá ninguna administración militar israelí en Gaza, y que se avanzará inmediatamente hacia un gobierno alternativo al de Hamás en la Franja de Gaza", dijo Gallant al dirigirse al premier de su país.
Por su parte, Netanyahu rechazó los llamamientos de su ministro de Defensa. "Mientras Hamás permanezca intacta, ninguna otra parte intervendrá para gestionar los asuntos civiles en Gaza, ni mucho menos la Autoridad Palestina. (...) No estoy dispuesto a pasar de Hamastán a Fatahstán", expresó Bibi en referencia a la Autoridad Palestina, en la que domina el partido Fatah. Por otro lado, Benny Gantz -del partido Kahol Lavan ("Azul y Blanco" en hebreo), miembro del Gabinete de Guerra conformado desde el ataque de Hamás, ha emitido un ultimátum a Netanyahu, exigiendo un cambio inmediato en la estrategia israelí en Gaza.
El ex Ramatcal (comandante en jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel), ex ministro de Defensa del propio Netanyahu y de la "Coalición anti Bibi" liderada por Naftali Bennett y Yair Lapid, ha delineado seis objetivos estratégicos que incluyen la liberación de rehenes, el derrocamiento de Hamás y la creación de un mecanismo de gobierno civil internacional en Gaza. Gantz advirtió que abandonará la coalición gobernante si no se adopta un plan claro de acción antes del próximo 8 de junio. Ante tal posición, Netanyahu lo acusó de "emitir un ultimátum al primer ministro en lugar de emitir un ultimátum a Hamás", según un comunicado difundido por su Oficina.
Amenaza de Ben-Gvir y Smotrich
A la derecha de Netanyahu, los ministros ultraderechistas de Seguridad Nacional y de Finanzas, Itamar Ben-Gvir (del partido Otsmá Yehudit, "Poder Judío) y Bezalel Smotrich (Partido Sionista Religioso, antes conocido como Tkuma-Unión Nacional), en ese orden, han planteado una amenaza aún más radical. Tal es así que Smotrich no solo ha llamado abiertamente a la "aniquilación total" de varias ciudades en Gaza, sino que ha criticado cualquier intento de negociación con Hamás. Para el titular de Finanzas, "no hay trabajos a medias".
"Rafah, Deir al-Balah, Nuseirat, destrucción total. Borrarás de debajo del cielo el recuerdo de Amalec. No hay lugar para ellos", afirmó Smotrich, citando una frase del Deuteronomio 25:19, que habla del mandato de combatir a los amalecitas, descendientes de Amalec, de la estirpe de Esaú. El diario israelí Haaretz comentó: "Simple y llanamente: destrucción total. No hay lugar para la interpretación".
Ambos ministros han amenazado con abandonar la coalición si Netanyahu cede a las presiones internacionales y acuerda un alto el fuego, lo que implicaría la caída del gobierno. Ben-Gvir y Smotrich aportan 14 bancas a la mayoría de 72, sobre 120 escaños que tiene la Knesset (parlamento unicameral). Con sólo 58 bancas, Netanyahu perdería la mayoría, lo que forzaría a un llamado a elecciones o la conformación de otra mayoría parlamentaria, algo poco probable, dado el final de la coalición que desplazó a Bibi entre el 13 de junio de 2021 y el 29 de diciembre de 2022.
Consecuencias y futuro
Las acusaciones de la CPI y las divisiones internas dentro de su gabinete colocan a Benjamin Netanyahu en una posición extremadamente vulnerable. Mientras enfrenta posibles consecuencias legales internacionales, debe navegar por una compleja red de lealtades y desafíos políticos domésticos. La presión para mantener la unidad gubernamental mientras se maneja una crisis internacional de esta magnitud podría definir el futuro de su liderazgo y la estabilidad de Israel en el escenario global.