El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, rechazó este martes las críticas por la caótica retirada militar y las evacuaciones civiles de Afganistán, responsabilizó al acuerdo sellado entre los talibanes y el anterior Gobierno de Donald Trump y argumentó que solo tuvo dos opciones: quedarse y aceptar ese acuerdo o echarlo por tierra y enviar más tropas para escalar la guerra.
En 2020, Trump negoció y selló un acuerdo con el movimiento islamista para retirar a todas sus tropas de Afganistán este año y habilitar la liberación de dirigentes talibanes a cambio de una tregua total con las fuerzas estadounidenses, que se cumplió sin excepciones, aún cuando la milicia avanzaba a toda velocidad y recuperaba el control del territorio afgano.
"Cuando asumí (en enero pasado), los talibanes estaban en la situación más fuerte desde 2001. Teníamos dos opciones: quedarnos o escalar; ratificar el acuerdo que ya se había aprobado en el Gobierno anterior o rechazarlo y mandar nuevas decenas de miles de militares para frenar el avance de los talibanes", argumentó Biden en un mensaje a la nación difundido por las redes sociales de la Casa Blanca.
"A los que piden una tercera década de guerra en Afganistán, les pregunto: ¿Cuál es nuestro interés nacional allí? En mi opinión, solo uno, que los talibanes no tengan capacidad de atacar a Estados Unidos en su territorio", prosiguió y volvió a argumentar con una pregunta, esta vez hipotética.
"Si nos hubiesen atacado el 11 de septiembre de 2001 desde Yemen, ¿hubiésemos ido a la guerra en Afganistán? Creo que no porque no tenemos un interés nacional en Afganistán. Era tiempo de terminar esta guerra. El mundo cambió, el terrorismo se metastaseó en todo el mundo. Mi deber es defender la seguridad de Estados Unidos, no de las amenazas de 2001, sino de las amenazas de 2021", concluyó el mandatario y dejó en claro cuáles son las amenazas actuales que le preocupan.
"No hay nada que a Rusia y China le gustaría más que ver a Estados Unidos enterrado en otra década de guerra en Afganistán", sostuvo. Biden, quien apoyó como senador la "construcción de la democracia" en Afganistán después de la invasión de 2001 y luego ocupó el cargo de la vicepresidencia del país durante 8 de los 20 años de esta guerra, asumió toda la responsabilidad de la retirada, incluida la muerte de 13 militares estadounidenses en un doble atentado de la rama afgana del Estado Islámico.
Sin embargo, también reivindicó el operativo, especialmente la evacuación a contra reloj de más de 100.000 estadounidenses, ciudadanos de países aliados y afganos que colaboraron con Estados Unidos en estos últimos 20 años de invasión, ocupación y apoyo militar.
Tenés que leerCronología de los 20 años de guerra en Afganistán"Desde marzo, nos contactamos 19 veces con los estadounidenses en Afganistán para la evacuación y cuando empezamos la evacuación (en agosto), registramos unos 5.000 estadounidenses que habían decidido quedarse y ahora querían irse. (...) Hoy entre 100 y 200 siguen allí con alguna intención de quedarse. Hay otros con doble nacionalidad o personas con raíces en el país que quisieron quedarse", aseguró el mandatario.
"El 90% de los estadounidenses que querían irse de Afganistán fueron evacuados. El Consejo de seguridad de la ONU aprobó una resolución que mandó un mensaje claro de lo que espera de los talibanes: libertad para viajar y libertad para irse (del país). Es prioritario que se reabra el aeropuerto civil en Kabul para los que quieren irse y para la llegada de ayuda humanitaria para los que la necesiten", agregó y prometió que su Gobierno trabajará para sacar a todos los conciudadanos que deseen abandonar el territorio.
La seguridad de sus ciudadanos es uno de los temas más sensible para un Gobierno, pero Biden también apeló a otro argumento que él quiere sea el principal pilar y eje de discusión de su gestión: la recuperación económica. "Se gastaron 300 millones de dólares por día por dos décadas. Además de todo el costo humano, ¿qué perdimos en términos de oportunidades?", aseguró el mandatario en un nuevo intento por frenar la lluvia de críticas por la salida abrupta, caótica y violenta de Afganistán que desnudó el fracaso de los objetivos políticos y militares utilizados por los sucesivos Gobiernos estadounidenses para defender la guerra en ese país de Asia Central.