La junta militar que tomó el poder en Birmania presentó una nueva acusación de corrupción contra la depuesta líder civil, Aung San Suu Kyi, por presuntamente recibir sobornos de mano de un constructor, se informó el miércoles.
La junta militar que tomó el poder en Birmania presentó una nueva acusación de corrupción contra la depuesta líder civil, Aung San Suu Kyi, por presuntamente recibir sobornos de mano de un constructor, se informó el miércoles.
El canal Myawaddy TV, propiedad del Ejército, emitió declaraciones del dueño de una empresa de construcción, quien dijo que entregó 550.000 dólares a Suu Kyi, en cuatro pagos entre 2018 y 2020.
Según el testimonio, que aparece hoy en la página web del canal, el constructor birmano llegó a entregar personalmente en tres ocasiones el dinero a la líder electa, de 75 años y que se encuentra bajo arresto domiciliario desde el golpe de Estado militar del 1 de febrero.
El empresario aseguró que los pagos servían para "facilitar los permisos" de construcción.
La acusación televisada llega después de que Suu Kyi fuera acusada formalmente de haber recibido pagos ilegales por valor de 600.000 dólares y cantidades de oro durante su mandato, de manos de Phyo Min Thein, jefe de la región de Rangún.
El letrado Khin Maung Zaw, uno de los representantes legales de Suu Kyi, calificó de "broma hilarante" esa acusación, la más grave presentada contra Suu Kyi hasta ahora.
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Al menos 217 personas han perdido la vida víctimas de la brutal represión de las manifestaciones pacíficas que desde hace semanas tienen lugar en las calles de todo el país y unas 2.200 han sido detenidas, de ellas 319 ya en libertad, desde el sublevamiento militar, según datos de la Asociación para la Asistencia de Presos Polícitos (AAPP) en Birmania.
Los uniformados justifican el golpe por un supuesto fraude electoral en los comicios del pasado noviembre, en los que arrasó el partido de Suu Kyi y que fueron calificados de legítimos por los observadores internacionales.
Mientras, los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas policiales continuaron el miércoles, cuando los primeros dispararon hondas y lanzaron cócteles molotov después de haber sido atacados.
Las protestas contra el golpe de Estado que derrocó al gobierno elegido de de Aung San Suu Kyi han demostrado una notable capacidad de resistencia pacífica, a pesar de las restricciones al acceso a Internet, la imposición de la de la ley marcial en algunos lugares y una respuesta violenta de la policía.
Con información de Télam