El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, volvió a mostrar su escepticismo sobre la eficacia de las vacunas contra el coronavirus, y avisó que se eximirá de cualquier efecto secundario que pudiera provocar alguna de las que se utilizarán en el país. Más aún: aseguró que ofrecerá el "contrato completo" de cada una de ellas, para que "quien lo tome sepa las consecuencias".
"Quien tenga algún efecto secundario o algún problema ya sabe que no me lo va poder cobrar a mí, porque voy a ser muy claro", advirtió Bolsonaro durante uno de sus habituales diálogos con sus seguidores a las puertas del Palacio de la Alvorada, la residencia presidencial en Brasilia.
El mandatario de ultraderecha deslizó nuevamente sus dudas acerca de la efectividad de las vacunas contra el Covid-19, y se preguntó si el gobierno, después de alertar a la población que se desentiende de cualquier tipo de responsabilidad, seguirá dispuesta a someterse a ella.
"Supongamos que en una de las cláusulas se escribe lo siguiente: 'nos liberamos de cualquier indemnización, de cualquier responsabilidad ante posibles efectos colaterales inmediatos y futuros'. Entonces, ¿van a tomar esa vacuna?", ha preguntado.
"Yo voy a mostrar todos los contratos. Quien la tome sabrá lo que está tomando y sus consecuencias. Si hay algún efecto secundario o algún problema ya saben que no me lo cargarán a mi", remarcó, según citó este jueves el diario O Globo.
El presidente brasileño fue más allá acerca de su reticencia acerca de la vacuna y reiteró que él no se la suministrará, pues ya está "vacunado" tras haber superado el coronavirus en julio, cuando se le diagnosticó la enfermedad.
Contra la que fabrica China
No es la primera vez que Bolsonaro pone en tela de juicio la efectividad de las diferentes vacunas contra el Covid-19. A mediados de octubre cargó contra la que estaba desarrollando la farmacéutica china Sinovac, llegando incluso a asegurar que Brasil no la adquiriría.
"Estoy seguro de que otras vacunas que están en estudio se pueden probar científicamente, no sé cuándo, puede durar años", pero "China, lamentablemente, tiene mucho descrédito por parte de la población, sobre todo porque, como muchos dicen, este virus habría nacido allí", dijo.
No era esa la primera vez que Bolsonaro descartaba públicamente la compra de la vacuna china, pues también desmintió al ministro de Salud, el general Eduardo Pazuello, quien días atrás afirmó que se había alcanzado un principio de acuerdo para la adquisición de 46 millones de dosis de la vacuna de Sinovac.
Sin embargo, Brasil finalmente ha anunciado la importación de seis millones de dosis de esta vacuna desde China, mientras que otras 40 millones dosis serán empaquetadas y etiquetadas en el Instituto Butantan, la entidad de San Pablo con la que Sinovac está trabajando en su desarrollo en el país, a partir de material importado.
La última actualización de la situación de la pandemia en Brasil deja hasta el momento más de 6,4 millones de casos acumulados, entre los que hay 5,6 millones de recuperados y 174.515 muertos. San Pablo sigue siendo la región más afectada, con más de 1,2 millones de positivos y 42.456 muertos.