El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, encabezó este lunes un sencillo acto por el Día de la Independencia, que fue menos rimbombante que otros años debido a la pandemia de coronavirus que ya causó cerca de 127.000 muertes en el país.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, encabezó este lunes un sencillo acto por el Día de la Independencia, que fue menos rimbombante que otros años debido a la pandemia de coronavirus que ya causó cerca de 127.000 muertes en el país.
La ceremonia, de aproximadamente media hora, reunió a todos los ministros del Gobierno, altos jefes militares y cerca de 500 personas frente al Palacio de la Alvorada, residencia oficial de la Presidencia, donde fue izada la bandera nacional y hubo una breve presentación de una escuadrilla de aviones acrobáticos.
Bolsonaro llegó al lugar en un Rolls Royce "Silver Wraith" sin capota, que fue donado a Brasil por la reina Isabel II de Inglaterra en 1953, acompañado por su hija Laura, de 9 años, y otros niños, informó la agencia de noticias EFE.
El líder de la ultraderecha brasileña se acercó a los asistentes, como acostumbra, una vez que concluyó la ceremonia, saludó a muchos, posó para fotografías e ignoró las medidas de prevención que impone el coronavirus.
Bolsonaro contrajo el virus en julio pasado y ya está recuperado.
Casi al mismo tiempo, el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, envió un saludo a uno de sus principales aliados en la región.
"Los lazos entre Estados Unidos y Brasil nunca han estado más fuertes. Como las dos democracias y economías más grandes de las Américas, nuestra creciente amistad se construye sobre una base de valores democráticos compartidos", sostuvo, según el texto difundido por el Departamento de Estado y citado por la agencia de noticias Sputnik.
Brasil se independizó de Portugal el 7 de setiembre de 1822 y la fecha, declarada feriado nacional en 1949, es celebrada con desfiles militares que, hasta ahora, no habían sido cancelados desde 1889.
Este año, sin embargo, el Gobierno anunció en agosto pasado la suspensión de todas las celebraciones multitudinarias por la fecha, que en Brasilia incluían un pomposo desfile militar al que solían acudir unas 50.000 personas.
Bolsonaro, uno de los mandatarios más negacionistas de la gravedad del coronavirus, al punto de que a tildarlo de "gripecita", se limitó a presenciar el espectáculo de aviones acrobáticos de la Fuerza Aérea y, tras saludar a las personas que se acercaron al Palacio de la Alvorada, se retiró sin conversar con los periodistas.
Además del desfile militar del 7 de septiembre, en Brasil ya se cancelaron otros multitudinarios eventos programados para los próximos meses, como las fiestas de fin de año en las playas de Copacabana, de Río de Janeiro, y en la avenida Paulista, corazón financiero del estado de Sao Paulo.
De acuerdo con los últimos datos oficiales, la pandemia de COVID-19 ya deja 126.650 muertes y 4,1 millones de casos en Brasil, uno de los tres países más afectados por la crisis sanitaria en el mundo, junto con Estados Unidos y la India.
Con inforamción de Télam