Brasil sobrepasó este jueves los 400.000 muertos por coronavirus desde el inicio de la pandemia hace poco más de un año, según informó un consorcio de medios de comunicación con base en datos de los Gobiernos regionales.
Es el país más afectado de Latinoámerica y registró 100.000 fallecidos en apenas 36 días.
Brasil sobrepasó este jueves los 400.000 muertos por coronavirus desde el inicio de la pandemia hace poco más de un año, según informó un consorcio de medios de comunicación con base en datos de los Gobiernos regionales.
El país, el más afectado de Latinoamérica por la enfermedad, ha registrado sus últimos 100.000 fallecidos en apenas 36 días, en medio de una segunda ola de la pandemia más virulenta y letal que ha llevado al sistema público de salud al borde del colapso.
Brasil es el segundo país con más víctimas mortales relacionadas con el coronavirus, después de Estados Unidos, y el tercero con más infectados, con más de 14,5 millones, tras EE.UU. e India.
El número de muertes aumentó exponencialmente desde inicios del año: en cinco meses se pasó de 100.000 a 200.000 fallecidos (el 7 de enero); pero solo hizo falta 77 días para llegar a los 300.000 (el 24 de marzo) y 37 días para alcanzar los 400.000.
"Tuvimos un impacto importante de las nuevas variantes" del virus, como la P1, explicó a la AFP la epidemióloga Ethel Maciel, de la Universidad Espiritu Santo (UFES). Más contagiosa y bajo sospecha de ser más severa, esa variante surgió en la Amazonía, se expandió a todo el país y llevó a varios países a cerrar sus fronteras con Brasil.
La segunda semana de abril fue la más devastadora, con más de 4.000 muertos en 24 horas durante dos días.
Una comisión parlamentaria fue instalada la semana pasada en el Senado para investigar la gestión del gobierno de Jair Bolsonaro de la crisis sanitaria, que según especialistas ha sido caótica e ineficiente.
La investigación se enfocará principalmente en la crisis en Manaos, capital del estado Amazonas, donde la escasez de oxígeno derivó en enero en la muerte por asfixia de decenas de enfermos de covid.
La comisión parlamentaria interrogará a partir de la semana próxima a dos exministros de Salud, Henrique Mandetta y Nelsol Teich, que salieron del gobierno por discordar con Bolsonaro sobre las medidas de distanciamiento social para evitar la propagación del virus. Posteriormente, el actual ministro de Salud, Marcelo Queiroga, será escuchado.
El líder de ultraderecha ha desafiado continuamente las recomendaciones para controlar la propagación del virus: criticó las medidas de cuarentena, rechazó el uso de mascarillas, cuestionó las vacunas y preconizó el uso de remedios como la hidroxicloroquina, sin eficacia comprobada contra la enfermedad.
"Creo que esta investigación creará muchos problemas para el presidente", dijo a la AFP el analista Andre Rehbein Sathler, de la Unidad de Inteligencia del portal de noticias Congresso em Foco. "Ni hace falta una investigación en realidad. Las acciones del gobierno durante la pandemia están allí, a la vista de todos", apuntó.
"No sólo omisiones, sino también acciones. El gobierno federal fue a la corte suprema para tratar de impedir las medidas de distanciamiento social impuestas por los estados, se negó a comprar vacunas y minimizó la pandemia", agregó Sathler.