El nuevo coronavirus dejo más de 80.000 fallecidos en Brasil, según datos oficiales publicados este lunes que confirman la estabilización de la pandemia en una elevada "meseta" de más de 1.000 muertes diarias en promedio.
El nuevo coronavirus dejo más de 80.000 fallecidos en Brasil, según datos oficiales publicados este lunes que confirman la estabilización de la pandemia en una elevada "meseta" de más de 1.000 muertes diarias en promedio.
Según el Ministerio de Salud, en el gigante latinoamericano se registraron en las últimas 24 horas 632 decesos, con lo cual el total llega a 80.120, una cifra que se duplicó en 40 días.
El número de personas contaminadas se incrementó en 20.257, totalizando 2.118.646, aunque los expertos estiman que esa cifra está muy infravalorada, debido a la falta de test.
Brasil, con 212 millones de habitantes, es el segundo país con mayor número de casos y de decesos por COVID-19, detrás de Estados Unidos (3,8 millones de casos y casi 141.000 muertos).
El nuevo coronavirus afecta de manera desigual y en ritmos diferentes a Brasil.
"Debido a su tamaño, Brasil enfrenta cientos de pandemias, con algunas encaminadas hacia su control y otras que se aceleran", apuntó un informe de la Universidad de Pelotas (UNIPel, sur).
Los datos revelan que la curva de muertes está subiendo en 7 de los 27 estados brasileños, la mayoría en el sur y el centro oeste, hasta ahora bastante al abrigo de la enfermedad.
En otros 10 estados se registra una estabilización de la curva, incluyendo Sao Paulo, el más afectado en números absolutos, con 19.788 muertes, casi un cuarto del total.
Se apunta finalmente un retroceso de óbitos en los 10 estados restantes, entre ellos Río de Janeiro, uno de los más golpeados tanto en números absolutos (12.161 muertos) como relativos, con 704 decesos por millón de habitantes, muy por encima de la media nacional (381 decesos por millón/h).
También los estados del norte, donde viven numerosos pueblos amazónicos con baja inmunidad a virus traídos de afuera, figuran entre las regiones más golpeadas.
Brasil, precisamente por la fuerte incidencia que aún mantiene la pandemia, es uno de los países escogidos para los ensayos clínicos de dos de las vacunas que se estudian actualmente en el mundo contra la COVID-19.