Viernes 10.9.2021
/Última actualización 7:31
El presidente del Tribunal Superior Electoral de Brasil (TSE), Luiz Barroso, afirmó que la imagen del país ante el mundo "sufre vergüenza y desprecio internacional", así como "una devaluación global", a causa de las acciones del presidente barsileño Jair Bolsonaro. A su vez, Barroso calificó de "farsante" al mandatario, por haber denunciado un posible fraude en las elecciones de 2022 en su contra por parte de la justicia.
"Somos víctima de chacota, del desprecio mundial. Un desprestigio más grande que la inflación y el desempleo, la pérdida del ingreso, la suba del dólar, la caída de la bolsa, la deforestación amazónica, el número de muertos por la pandemia, la fuga de cerebros y de inversiones", dijo Barroso al iniciar una sesión del TSE.
Bolsonaro viene repitiendo desde marzo, cuando comenzó a ser superado por Luiz Inácio Lula da Silva en las encuestas, que Barroso y los jueces electorales buscan hacerle fraude en 2022 con el sistema de urnas electrónicas, al que intentó cambiar el gobierno pero fue derrotado en el Congreso.
"La marca Brasil sufre en este momento, dijo Barroso, una desvalorización global", afirmó Barroso. "Las declaraciones de Bolsonaro respecto a que las elecciones no serán limpias avergüenzan a Brasil", sentenció luego. Barroso, además, en línea con su colega del Supremo Tribunal Federal (STF), Luis Fux, repudió los actos golpistas de Bolsonaro del 7 de septiembre pasado.
En los actos a los que se hace referencia, la multitud "oficialista" pidió el cierre del alto tribunal, con la intención de frenar las investigaciones contra el propio presidente y sus aliados, acusados de montar una red para atentar contra el Estado de derecho. "No podemos ser dominados por la posverdad y por los hechos alternativos", explicó Barroso en relación a la movida presidencialista, ajena a toda actitud democrática y constitucional.
"La repetición de la mentira no puede crear la impresión de que se convirtió en verdad, por eso llegamos a un punto muy triste", siguió describiendo el titular del TSE. "Uno de los intentos del autoritarismo es desacreditar el proceso electoral; así, en caso de derrota, pueden alegar fraude y deslegitimar al vencedor", aclaró después. "En la democracia no tienen lugar los que quieren destruirla", redondeó.
Ante semejante crítica, Bolsonaro retrocedió en su cerrada posición inicial y afirmó, en una carta al país, que respetará las decisiones del STF (que es la corte suprema), dos días después de haber comandado varias manifestaciones que fueron interpretadas como golpistas y que colocaron al país en la mayor crisis institucional desde 1985, cuando terminó la última dictadura militar.
"Quiero declarar que mis palabras, a veces contundentes, tienen que ver con el calor del momento y los embates que siempre apuntaron al bien común", afirmó Bolsonaro, en una denominada "Carta a la Nación", impulsada con el objetivo de detener la sangría política de sus aliados, la presión en los mercados financieros y el fantasma de una ruptura institucional.