El conflicto de antaño en Medio Oriente, radicalizado desde el 7 de octubre por el ataque de Hamás y potenciado por la contraofensiva que Israel sostiene desde aquella fecha, repercutió de forma dura en Estados Unidos esta semana.
Desde mediados de abril ya son 2.000 los detenidos en diversos puntos del país. Sólo este jueves en Los Angeles fueron 200. Hay denuncias por antisemitismo y por islamofobia.
El conflicto de antaño en Medio Oriente, radicalizado desde el 7 de octubre por el ataque de Hamás y potenciado por la contraofensiva que Israel sostiene desde aquella fecha, repercutió de forma dura en Estados Unidos esta semana.
Si bien, las manifestaciones pro Palestina son moneda corriente en el país norteamericano, mayo se encontró con una crecimiento exponencial en los focos y el nivel de violencia en las mismas.
Sólo este jueves, 200 estudiantes fueron detenidos en la Universidad de California (UCLA), alcanzando una cifra superior a los 2.000, tomando como punto de partida el 17 de abril en la Universidad de Columbia.
Las movilizaciones y acampes se dan en simultáneo a la aprobación desde la Cámara de Representantes de Estados Unidos de un paquete de ayuda militar a Israel, que incluye el pedido de Ucrania y a la polémica Taiwán. Sobre algunos de estos puntos, dialogó con El Litoral Mileva Chialvo, licenciada en Relaciones Internacionales y magíster en RSC.
El próximo 5 de noviembre se llevarán a cabo las elecciones presidenciales en Estados Unidos, que ya posee los respectivos nombres de los republicanos y de los demócratas, con meses de campaña al hombro.
Sobre este punto Chialvo resalta: “No podemos dejar de lado que este año habrá elecciones presidenciales, y como cada año electoral, los candidatos comienzan a prepararse para ganar las contiendas. Donald Trump y Joe Biden han sido votados como candidatos de sus respectivos partidos, por lo que ya nos encontramos en carrera electoral, con todo lo que esto representa”.
A pesar de la influencia de la agenda interna estadounidense, también remarca que existe una constancia en este tipo de manifestaciones desde el 7 de octubre: “Lo que sucede ahora es que cada vez son más los manifestantes, y escalan a mayor cantidad de instituciones universitarias”.
Para el actual inquilino de la Casa Blanca no resulta inofensivo el contexto. “Está en un momento delicado”, indica Chialvo, y agrega: “Viene de un largo esfuerzo para reunir los apoyos necesarios para constituirse como candidato del Partido Demócrata. Dentro del partido existen varias facciones, algunas más de centro y otras más de izquierda, y son estas últimas las que manifiestan su rechazo a Biden por considerarlo ‘financista’ de Israel.”
“Si bien el mes pasado Biden y Trump ya obtuvieron la cantidad de delegados necesarios para constituirse como candidatos en cada uno de sus partidos, es recién en agosto que se confirmará la candidatura del demócrata en la convención del partido”, completó.
Biden, de 81 años, va en busca de su segunda gestión al frente del gigante norteamericano, con críticas de la oposición por su estado de salud, las cuáles escalaron a burlas directas de Trump en discursos públicos.
La entrevistada también aporta como relevante el resultado de una de las encuestas más recientes del universo del Partido Demócrata y/o votantes de Biden, donde se indica que la población menor de 30 años (gran bastión del actual presidente) ha reducido su apoyo al mandatario.
Tomando los datos que la firma británica YouGov entregó a principios de abril, un 57% de los potenciales votantes de Biden cree que Israel está cometiendo genocidio contra civiles palestinos.
Estados Unidos aparenta jugar “a dos puntas” (o varias), intentando sostener su postura occidental, pregonando por la paz en simultáneo, elemento que colaboraría en plena campaña.
“Lo que molesta a la gente es que si bien públicamente la Casa Blanca se manifiesta en contra de los ataques a civiles por parte de Israel, y pide la apertura de corredores seguros para hacer llegar ayuda humanitaria , continúa enviandoles armamento y protegiendo a Tel Aviv de los posibles ‘castigos’ o resoluciones de la ONU a través de su derecho a veto”, explica Chialvo.
“Esto sucedió por tercera vez el 20 de febrero, cuando el Consejo de Seguridad de la ONU pidió un ‘un alto el fuego humanitario inmediato que debe ser respetado por todas las partes’ y Estados Unidos vetó dicha resolución”, comentó Mileva. Cabe destacar que con el veto de uno de los miembros del consejo permanente, las resoluciones son desestimadas.
Misma herramienta utilizaron en distintas ocasiones China y Rusia, en lo que podría ser un intento de desacreditar un eventual logro de paz de otra nación.
Obtener la paz, al menos momentánea, es un objetivo que depende en primera instancia de los protagonistas directos del conflicto. “Actualmente Israel y Hamás están teniendo negociaciones que podríamos llamar ‘exitosas’ en cuanto a intercambio de prisioneros y ceses al fuego, una especie de ‘tregua’”, indica Chialvo.
“Pero también Hamas es muy determinante en sus respuestas bélicas. Israel ha bombardeado Rafah estos últimos días, mientras intenta negociar la paz,la verdad es que se espera que si los bombardeos continúan y sigue habiendo bajas de civiles, Hamás no aceptaría ningun tipo de tregua y hasta podría pensarse en un contraataque, por lo que se retrocedería al punto inicial”, completa la licenciada.
Rafah es una ciudad simbólicamente importante ya que allí se refugiaron cerca de un millón de personas provenientes de otras ciudades bombardeadas por Israel.
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