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Las autoridades mexicana capturaron hoy a un ex jefe del área de seguridad de la ciudad de Iguala a quien se considera ideólogo de la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa en 2014, un hecho brutal que derivó en múltiples cuestionamientos al gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.
Felipe Flores, el hombre de quien dependían los policías que persiguieron y entregaron a los estudiantes a una banda criminal, fue detenido en Iguala, sin la necesidad de efectuar disparos, después de haber estado prófugo más de dos años.
Su captura puede resultar vital para el esclarecimiento de un caso que alcanzó repercusión en todo el mundo. Los estudiantes de la escuela rural para formación de maestros ‘Raúl Isidro Burgos‘ de Ayotzinapa desaparecieron entre el 26 y el 27 de septiembre de ese año, en una acción que involucró a policías municipales supuestamente aliados con el grupo criminal de narcotraficantes Guerreros Unidos.
México ofrecía una recompensa de 2,5 millones de pesos (unos 130.000 dólares) por información que condujera al arresto de Flores, pero no se reveló si alguien dio pistas para localizarlo.
Las autoridades informaron a través de Twitter que en la detención participaron la Policía Federal, el Ejército y la Marina en coordinación con la fiscalía general y los servicios de inteligencia.Iguala, una ciudad de 400.000 habitantes, está situada en una zona de producción de amapola y heroína, a unos 200 kilómetros al sur de Ciudad de México.
Esta detención ‘permitirá recabar una declaración fundamental para el esclarecimiento de los hechos de Iguala‘, dijo la fiscal general, Arely Gómez, en su cuenta de Twitter.
A su vez, los familiares de los estudiantes hicieron votos para que no se trate de un ‘detenido más‘, sino de un avance seguro para llegar a la verdad.
El portavoz de los familiares, Felipe de la Cruz, dijo a la agencia EFE que para ellos la noticia es ‘bien importante‘, ya que Flores es uno de los personajes ‘que hacen falta para ir completando el rompecabezas‘ de lo que ocurrió la noche del 26 de septiembre de 2014. ‘Ojalá no sea un detenido más como los ciento y tantos que están en la cárcel, pero ninguno de ellos por la desaparición forzada‘, afirmó.
Flores es considerado uno de los autores intelectuales de lo ocurrido a los jóvenes, junto con el entonces alcalde, José Luis Abarca, y su esposa, María de los Ángeles Pineda, ambos en prisión desde noviembre de 2014.
La causa de la desaparición de los estudiantes no ha sido esclarecida. Al principio se dijo que habían sido confundidos con integrantes de un grupo rival de Guerreros Unidos, pero esa hipótesis se fue desvaneciendo con el tiempo. Tres de los jóvenes, además de otras tres personas, perdieron la vida la misma noche, en ataques a tiros. Los jóvenes llegaron a Iguala después de apoderarse de autobuses para trasladarse, unos días más tarde, a una manifestación en Ciudad de México en homenaje a la matanza de Tlatelolco. Esta práctica, tolerada por las autoridades, era habitual en ellos y nunca habían sido perseguidos con tal ferocidad.
Hasta ahora se han encontrado sólo restos identificados con certeza de uno de los jóvenes y presumiblemente fragmentos óseos de otro.
Flores llegó a ser interrogado en este caso el 27 de septiembre de 2014, cuando todavía no se había aclarado la suerte de los estudiantes. Después de esa declaración se dio fuga. La investigación de las autoridades llevó a la conclusión de que los jóvenes fueron asesinados e incinerados en el basurero de la localidad vecina de Cocula. Pero esa hipótesis oficial fue cuestionada por los familiares, los expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que estudiaron durante un año el caso y el Equipo Argentino de Antropología Forense.
Los resultados de la investigación oficial fueron avalados por el presidente Peña Nieto, quien fue duramente criticado por los familiares de las víctimas y distintos sectores de la sociedad por no permitir que se abran otras líneas de averiguación.