El Vaticano informó este jueves que entregará al fiscal de la ciudad de Roma las pruebas de la desaparición hace 40 años de Emanuela Orlandi, la hija de 15 años de uno de sus empleados.
La adolescente de 15 años, hija de un alto empleado de la Santa Sede de la iglesia católica y quien vivía dentro de los muros de la ciudad santa, desapareció hace cuarenta años cuando regresaba a casa de una clase de música en el centro de Roma.
El Vaticano informó este jueves que entregará al fiscal de la ciudad de Roma las pruebas de la desaparición hace 40 años de Emanuela Orlandi, la hija de 15 años de uno de sus empleados.
Orlandi, hija de un alto empleado del Vaticano y quien vivía dentro de los muros de la ciudad santa, desapareció en el verano de 1983 cuando regresaba a casa de una clase de música en el centro de Roma.
El Vaticano, que a lo largo de los años ha sido objeto de escrutinio por su gestión del caso, anunció en enero que había abierto una nueva investigación.
En el comunicado de este jueves, el Vaticano dijo que la oficina de Alessandro Diddi, promotor de justicia del Vaticano, "reunió todas las pruebas disponibles en las diversas instituciones del Vaticano y de la Santa Sede, al tiempo que buscó pruebas a través de conversaciones con los responsables de ciertas oficinas en el momento de los hechos".
Diddi dijo a través de la oficina de prensa del Vaticano que encontró "algunas pistas de investigación que merecen una mayor consideración". Por eso, su dependencia enviará "todos los documentos relevantes de las últimas semanas al fiscal de Roma, para que pueda revisarlos y proceder en la dirección que considere más oportuna".
No quedó claro a qué se refieren los documentos, si son nuevos o si proceden de archivos.
Esta es la primera vez que el Vaticano entrega públicamente documentos a las autoridades italianas.
El comunicado sugirió que la investigación del Vaticano concluyó, pero Diddi se comprometió a "continuar sus actividades en esta dirección en los próximos meses", al ser "consciente del sufrimiento que se siente por la desaparición de un familiar".
Orlandi desapareció el 22 de junio de 1983 tras una clase en una escuela de música adyacente a la iglesia católica Sant'Apollinare Opus Dei, cerca de la Piazza Navona de Roma.
Su padre, Ercole Orlandi, quien murió en 2004, trabajaba en el Instituto para las Obras de Religión de la Santa Sede. Su madre, Maria Orlandi, sigue viviendo en el apartamento familiar de la Ciudad del Vaticano. Su hermano, Pietro Orlandi, ha pasado su vida intentando saber lo que le ocurrió a su hermana y a menudo culpa al Vaticano de ocultar información.
Pietro Orlandi convocó a un evento este domingo en Roma frente al Castel Sant' Angelo, el último lugar donde se cree que podría estar enterrado el cuerpo de la joven, que luego se dirigirá a la plaza de San Pedro para estar presente cuando el papa pronuncie su Ángelus dominical. Orlandi celebra eventos todos los años por el aniversario de la desaparición.
Una serie de cuatro episodios de Mark Lewis, que se estrenó en Netflix el año pasado, despertó un renovado interés por este caso y resaltó varias de las teorías conspirativas más destacadas, entre ellas que su secuestro estaba relacionado con Mehmet Ali Agca, que en aquel momento estaba en prisión por un atentado contra Juan Pablo II en la Plaza de San Pedro en 1981.
La búsqueda de los restos de Orlandi se ha realizado múltiples veces en las últimas cuatro décadas. En 2018 se encontraron restos humanos en la embajada de la Santa Sede en Italia, en el centro de Roma, pero se dijo que las pruebas de ADN no coincidían.
Un año después, el Vaticano acordó exhumar la tumba de dos princesas que se creía que estaban enterradas en el cementerio del Pontificio Colegio Teutónico dentro de la Ciudad del Vaticano. Los restos de las princesas no se encontraron en la tumba, ni tampoco los de Orlandi, pero sí se hallaron dos osarios bajo una puerta secreta del cementerio.