Al cementerio Flaminio de Roma, el mayor de la capital italiana, llegan cada día un centenar de féretros, ya sea para la cremación o para la sepultura, pero desde hace meses no son capaces de absorber todos. La espera puede superar los dos meses.
El AMA, la empresa que gestiona el cementerio sostiene que los retrasos en las incineraciones y posteriores sepulturas se deben a un número extraordinario de muertes debido a la pandemia.
Al cementerio Flaminio de Roma, el mayor de la capital italiana, llegan cada día un centenar de féretros, ya sea para la cremación o para la sepultura, pero desde hace meses no son capaces de absorber todos. La espera puede superar los dos meses.
La voz de alarma la dio el diputado del Partido Democrático (PD) Andrea Romano en un tuit dirigido a la alcaldesa de Roma, Virginia Raggi: "Hoy hace dos meses que mi hijo Dario ya no está con su madre, con sus hermanos, conmigo. Dos meses en los que no conseguimos enterrarle. AMA (la empresa que gestiona el cementerio Flaminio, de la capital italiana) no da fechas para una sepultura digna de una ciudad civilizada. Tu vergüenza no será nunca lo suficientemente grande".
Unos días antes en diversos edificios de la ciudad aparecieron unos luminosos en los que se leía lo siguiente: "Perdona mamá si no consigo todavía darte sepultura". Llevan la firma de Oberdan Zuccarolli, un empresario que se dedica precisamente a la elaboración de carteles publicitarios.
Dos mensajes que han destapado un problema que afecta al cementerio Flaminio de Roma, de propiedad pública y gestionado por la empresa AMA (Azienda Municipale Ambiente), que se encarga también de la recogida de basuras en la capital italiana.
2.000 féretros esperan su turno
"El problema afecta a miles y miles de familias romanas que no saben dónde están sus seres queridos, que no saben cuándo serán enterrados, cuándo serán cremados. Es intolerable que en pleno siglo XXI, en la capital italiana, tengamos este problema con las sepulturas", asegura Andrea Romano.
Cada vez que se comunica con responsables de AMA le dicen que no saben nada, que no pueden darle una fecha. "Nosotros tenemos una pequeña tumba familiar, les decimos, lo hacemos nosotros, y contestan, no se puede", señala.
En el depósito del crematorio se apilan los féretros esperando turno. Según las denuncias de los familiares son 2.000, aunque según la empresa gestora, son 800. Por su parte, AMA culpa a la pandemia.
“No sabemos dónde mantener los féretros”
Flaminio es el cementerio de referencia de Roma, el más grande de Italia, una pequeña ciudad circundada por carreteras que suman un total de 37 kilómetros. Cada día llegan un centenar de féretros, pero no son capaces de absorber más de 40. Por eso, AMA ha pedido a las funerarias que dejen de entregar féretros.
"La afluencia ha aumentado y sobre todo se reclaman cremaciones, la sepultura más utilizada por las familias", explica Roberto Parelli, quien trabaja en una compañía fúnebre. Pero en Flaminio, el único cementerio de la capital con instalaciones para la cremación, de los seis hornos que había, tres ya no funcionan. Hay además un problema de burocracia, indica Parelli. "Como este es el cementerio de referencia de la ciudad de Roma, para poder enterrar a nuestros muertos en otros cementerios tenemos que pedir la documentación al AMA y pueden tardar 20, 25 o 30 días. No sabemos dónde mantener los féretros", confiesa Parelli.
Las compañías han sacado sus protestas a la calle y emulando al empresario que pedía perdón a su madre, coreaban una frase similar: "Perdonad si no podemos enterrar a vuestros seres queridos".
En Flaminio algunos de esos féretros que esperan turno para la cremación se guardan en cámaras frigoríficas, pero hay otros que se mantienen en espacios al aire libre y sin refrigeración. Esto se va a convertir en un problema sanitario, según asegura el diputado Andrea Romano.
El Ayuntamiento de Roma, responsable en última instancia, ha abierto una investigación. De momento han decidido que las cremaciones no paren en días festivos ni en domingos y se van a hacer contrataciones extra para acelerar entierros y cremaciones.