El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dará este lunes en el Capitolio su discurso anual sobre el Estado de la Unión en una atmósfera tensa, en la víspera del probable cierre de su proceso de destitución, con el Senado fracturado, la oposición demócrata frustrada y con la campaña electoral ya iniciada.
Con una casi segura exoneración de los cargos de abuso de poder y obstrucción del Congreso por sus presiones a Ucrania, Trump pronunciará ante ambas cámaras (a las 21 hora local; las 23 de Argentina) un discurso en clave electoral y "optimista" que promete contrastar con las divisiones que ha generado su impeachment, según fuentes cercanas citadas por el Washington Post.
"La historia no será amable con Donald Trump", advirtió el fiscal jefe de la oposición demócrata, el congresista Adam Schiff, en su alegato final de un juicio político que ya quedó visto para sentencia, a la espera de la votación definitiva, mañana.
En 1999, el discurso sobre el Estado de la Unión del presidente Bill Clinton coincidió también con su juicio político en el Senado, y el mandatario sorprendió a muchos al no pronunciar ni una sola vez la palabra "impeachment" y aludir elípticamente al tema hablando de "controversias" que dividían al país.
La actual Casa Blanca planea seguir ese modelo y utilizar el discurso para dar una imagen presidencial y eficaz de Trump, en un momento en el que el mandatario republicano necesita exponer sus logros y ampliar su base de votantes para asegurarse la reelección en noviembre, según fuentes consultadas por el diario Politico.
También se espera que celebre la ratificación este mes en Estados Unidos del tratado comercial (T-MEC) renegociado con México y Canadá; y que mencione su tregua parcial en la guerra comercial con China, así como su deseo de negociar pactos comerciales separados con el Reino Unido y la Unión Europea (UE).
La Casa Blanca aseguró que Trump será "enérgico" respecto a Irán y que promocionará también su recién anunciado plan de paz para Medio Oriente, rechazado por los palestinos y casi todo el mundo árabe.
En la era Trump, en el poder desde 2017, el discurso sobre el Estado de la Unión se convirtió en una de las escasas ocasiones en la que el presidente accede a ajustarse a los cánones de lo que se considera en Estados Unidos un comportamiento tradicionalmente "presidencial", y los dos últimos años incluso consiguió algunas alabanzas de demócratas.