Nuevos saqueos y una serie de incendios fueron reportados hoy en Santiago, a unas cuadras de la sede del gobierno, y también en Antofagasta, Valparaíso, Temuco y Concepción, luego de que el presidente chileno, Sebastián Piñera, anunciara la reorganización de su gabinete con la esperanza de salir de la mayor crisis política y social desde el retorno a la democracia en el país.
Miles de manifestantes se concentraron esta tarde en la emblemática Plaza Italia, en Santiago, e intentaron marchar hacia el Palacio de La Moneda, pero fueron dispersados por carabineros durante su trayecto por la Alameda, cuando encapuchados prendieron fuego un local de comida rápida que rápidamente generó un gran incendio en un centro comercial, a 700 metros del palacio de gobierno.
Veintiséis carros de bomberos llegaron al lugar para controlar el incendio, que consumió en su totalidad el centro comercial y parcialmente un hotel y un centro médico lindantes, que fueron evacuados rápidamente, al parecer sin generar víctimas de gravedad.
El incendio se encontraba “circunscripto” esta noche, según informaron los bomberos de Santiago.
La marcha fue convocada a través de las redes sociales, en rechazo a las medidas adoptadas por Piñera y el cambio de gabinete, que fueron considerados insuficientes en relación con los reclamos sociales.
Carabineros dispersó a los manifestantes en las cercanías de La Moneda con gases lacrimógenos, carros hidrantes y disparos.
Las columnas de humo podían verse desde distintos puntos de la ciudad y la televisión chilena puso al aire imágenes en crudo con enfrentamientos entre manifestantes y agentes de seguridad.
Los incidentes ocurrieron en el décimo día desde el comienzo de un estallido social en el que murieron 20 personas y los primeros informes de los medios locales no incluyeron detalles sobre heridos o detenidos.
Desde el norte al sur del país también se registraron protestas y escaramuzas en Valparaíso, donde funciona el Congreso, en las sureñas Concepción y Temuco y en la norteña Antofagasta.
"La zona céntrica es tierra de nadie, veo totalmente sobrepasados a los Carabineros; pido al gobierno que por favor tome medidas", dijo el alcalde de Concepción, Alvaro Ortíz, citado por Radio Cooperativa.
El mismo cuadro trazó la alcaldesa de Antofagasta, Karen Rojo, quien también hizo hincapié en la dificultad de Carabineros para calmar la situación. "Este día ha sido peor que los otros", lamentó.
Santiago y las principales ciudades chilenas habían comenzado la semana en un clima de tranquilidad, después de que Piñera levantara el estado de emergencia que entregó a las Fuerzas Armadas el control de la seguridad y el orden público.
El metro, principal medio de transporte de los santiaguinos, abrió la mitad de las 136 estaciones, y la red de colectivos funcionaba normalmente, pero con largas filas en las paradas por el funcionamiento parcial de la red de subte.
Supermercados, farmacias, estaciones de servicio y centros comerciales iniciaron la semana tratando de volver a la normalidad, luego de varios días cerrados o con tiempos de aperturas reducidos y accesos controlados debido al estallido social.
Las calles presentaron por la mañana embotellamientos, debido a que más personas fueron a trabajar en sus vehículos, además de que los semáforos no funcionaban en muchas esquinas de la ciudad.
Mientras tanto, los chilenos retomaron sus trabajos en horario habitual.
Sin embargo, por la tarde volvieron las manifestaciones y la violencia, sin que las medidas anunciadas por el gobierno lograran aplacarlas.
“Este no es el Chile que marchó el viernes, este es un Chile que llamó el día sábado a destruir la ciudad”, afirmó al caer la tarde la flamante ministra vocera del Gobierno, Karla Rubilar.
“Lo que estamos viendo hoy en el centro de Santiago y algunas pequeñas manifestaciones en regiones no es la gente que quiere justicia social, es gente que quiere destrucción y caos”, agregó.
No obstante, “no tenemos contemplado volver al estado de emergencia”, subrayó Rubilar.