Un vocero de la Cancillería china insistió este viernes en que Estados Unidos podría haber desatado deliberadamente el brote de coronavirus en China, en medio de una creciente disputa entre Washington y Beijing por el origen de la pandemia de coronavirus.
La disputa llega en momentos en que China busca descargase de culpa y presentarse como el país que tomó medidas decisivas que dieron tiempo el mundo para prepararse para la crisis, al poner en cuarentena a grandes porciones de su inmensa población.
Con los casos cayendo en China pero aumentando en el extranjero, Beijing ahora ha empezado a rechazar la idea de que la ciudad de Wuhan fue el lugar donde se originó la pandemia, que ya ha afectado a más de 135.000 personas en más de 110 países.
El vocero de la Cancillería china, Zhao Lijian, fue un paso más allá al decir anoche por Twitter que "podría haber sido el Ejército de Estados Unidos el que trajo la epidemia a Wuhan", aunque no mostró ninguna prueba.
Hoy insistió en su afirmación al subir a su cuenta de Twitter un link con un artículo sacado de una página web conocida por sus teorías conspirativas sobre los atentados del 11-S.
Censores de la actividad digital también han permitido a usuarios de redes sociales de China esparcir versiones similares de que Estados Unidos estuvo detrás del inicio del brote.
Un video que muestra a autoridades sanitarias estadounidenses diciendo que algunas víctimas de gripe en el país habían sido diagnosticadas de manera póstuma con la cepa Covid-19 fue tendencia esta semana en Weibo, la red social china similar a Twitter.
Algunos usuarios dijeron que el video probaba que el virus se originó en Estados Unidos, y Zhao lo subió hoy a su cuenta de Twitter, informó la cadena de noticias CNN.
La teoría contradice las afirmaciones iniciales de la propia China sobre el origen del virus en Wuhan en diciembre pasado.
El brote ha afectado a casi 81.000 personas en China, de las cuales más de 3.100 han muerto.
Gao Fu, director del Centro Chino para la Prevención y el Control de Enfermedades, dijo en enero pasado que "ahora sabemos que la fuente del virus son animales que eran vendidos en un mercado" de Wuhan.
Las mismas autoridades chinas veían a Wuhan y el resto de la provincia de Hubei como una amenaza, ya que pusieron a los 56 millones de habitantes de la región bajo estricta cuarentena para contener la epidemia.
Pero Beijing empezó a mostrar dudas a fines del mes pasado, cuando Zhong Nanshan, un respetado experto vinculado a la Comisión Nacional de Salud, dijo a periodistas que "la epidemia apareció primero en China, pero no se originó necesariamente en China".
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dicho que aunque no se sabe con exactitud como pasó el virus de su vector animal a los humanos, la Covid-19 era "desconocida antes del brote en Wuhan, China, de diciembre de 2019".
Estados Unidos, en tanto, ha indignado a China haciendo continuas referencias a que el virus se originó en el país comunista.
El secretario de Estado, Mike Pompeo, lo ha llamado el "virus de Wuhan", lo que llevó a Beijing ha calificar el término de "despreciable" y de "falta de respeto a la ciencia".
El presidente estadounidense, Donald Trump, comenzó un discurso a la nación esta semana por la pandemia hablando del brote "que comenzó en China".
El asesor de seguridad nacional estadounidense, Robert O'Brien, insistió ayer en que el virus se originó en Wuhan.
O'Brien dijo que la pandemia se debió a una falta de cooperación de China y un encubrimiento del brote inicial, y agregó que esto ha "costado a la comunidad internacional dos meses de respuesta" a la amenaza.
Beijing calificó sus comentarios de "extremadamente inmorales e irresponsables".