Cientos de miles de iraníes y la cúpula de la República Islámica despidieron este lunes en Teherán al general Qasem Soleimani, el comandante asesinado la semana pasada en un bombardeo estadounidense en Irak, en un funeral masivo encabezado por el líder supremo, el ayatollah Ali Jamanei, quien reiteró que habrá una "dura venganza".
A primera hora del día se celebró un rezo por Soleimani en la Universidad de Teherán, un acto en el que participaron miles de personas y en el que Jamenei lloró en varias ocasiones, según la agencia iraní de noticias Tasnim, citada por la agencia DPA.
Jamenei volvió a advertir que habrá una "dura venganza" contra los responsables de la muerte de Soleimani y añadió que "el camino de la resistencia se mantendrá con vigor".
En la ceremonia estuvo la cúpula del Estado iraní: el presidente, Hasan Rohani; el titular del Parlamento, Ali Lariyani y el jefe del Poder Judicial, Ebrahim Raisi, entre otros.
Una vez que finalizó esta ceremonia religiosa, comenzó una procesión a través de la capital.
El cuerpo de Soleimani, trasladado en un camión blanco junto a los otros oficiales de la Guardia Revolucionaria Islámica que fallecieron junto a él el viernes pasado en Irak, recorrió la ciudad a paso de hombre entre una marea humana.
Las personas tiraban banderas y pañuelos a los oficiales que acompañaban los ataúdes ubicados sobre el techo del camión, estos los pasaban por encima de los féretros y luego los devolvían a la multitud, una tradición para recibir la llamada "protección de los mártires".
La cadena de televisión iraní Press TV, citada por la agencia de noticias Europa Press, cifró en millones el número de concurrentes, que en un primer momento se concentraron en la plaza Engelab (Revolución), pero rápidamente inundaron las calles y avenidas de la capital hasta la plaza Azadi (Libertad), ubicada en el oeste de Teherán.
Entre la multitud se veían fotos de Soleimani, así como banderas de Irán, Irak y Líbano, dos gobiernos considerados -por distintas razones- aliados de la República Islámica.
La hija de Soleimani, Zeinab, se dirigió a la multitud y recalcó que "el nombre de Qasem Soleimani sacude ahora el nido del sionismo, el takfirismo (los musulmanes considerados apóstatas por otros musulmanes) y el orden hegemónico".
"Estados Unidos y el sionismo deben saber que el martirio de mi padre ha despertado más instintos humanos en el frente de la resistencia. Convertirá su vida en una pesadilla y destruirá sus nidos de araña", advirtió.
Está previsto que el cuerpo de Soleimani sea trasladado desde Teherán a Qom, centro de peregrinación en el chiísmo, donde se celebrará otra ceremonia. Posteriormente, será enterrado el martes en Keman, su ciudad natal.
Soleimani murió junto al número dos de las Fuerzas de Movilización Popular (FMP), Abú Mahdi al Muhandis, y otros seis milicianos iraquíes y militares iraníes en un bombardeo ejecutado por Estados Unidos y avalado por el presidente Donald Trump en el aeropuerto de la capital de Irak, en Bagdad.