Miércoles 5.6.2019
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Noa Pothoven, de Arnhem en Holanda, tenía 17 años y vivía con lo que definía como un "sufrimiento inaguantable". Desde muy chica que tenía depresión y angustias causadas por haber sido abusada sexualmente , por lo cual decidió pedir la eutanasia: falleció el domingo en The Hague, una clínica en la que estaba internada desde diciembre.
La infancia de Pothoven estuvo marcada por abusos intrafamiliares, al haber sido violada por su primo, entre otros episodios. Nunca pudo recuperarse del todo, y detalló su recorrido en su autobiografía Ganar o Aprender donde abarca el trastorno de estrés postraumático, la depresión y la anorexia.
"Pensé por mucho tiempo si era necesario compartir esto o no, pero finalmente me decidí a hacerlo de todos modos. Tal vez resultará una sorpresa para muchos, pero yo pensé en este plan por mucho tiempo, y no tomé la decisión de forma impulsiva". Cuenta que dejó de comer y beber y que tomó, junto a un equipo, la decisión de dejar de vivir. Detalla: "Iré directo al grano: moriré en un máximo de 10 días. Después de haber luchado y batallado, siento que estoy agotada de todo esto".
Gentileza.Le dedicó un apartado a sus amigos y familiares en el que les pidió que no la intenten convencer: "Esta es mi decisión, y no hay vuelta atrás. Amar es también dejar ir, como en este caso".
En Holanda, la eutanasia puede ser concedida desde los 12 años, siempre y cuando la persona haya expresado su deseo de dejar de vivir y que un médico concluya que el sufrimiento del paciente es insoportable.
Según el Comité Regional de Revisión de Eutanasia, solo en 2017, unas 6585 personas eligieron la eutanasia para terminar con sus propias vidas en este país, aproximadamente el 4.4% del total de las muertes registradas en Holanda.
Con información de La Nación.