El conservador Ebrahim Raisi ganó la elección presidencial iraní con 62,2% de los votos, según resultados parciales difundidos este sábado, que lo convertirían en el sucesor de Hasan Rohani sin necesidad de una segunda vuelta y de acuerdo a sus rivales que ya aceptaron sus derrotas. Raisi obtuvo "más de 17.800.000" de votos sobre un total de 28,6 millones de sufragios escrutados, declaró Jamal Orf, presidente de la Comisión Nacional Electoral en una conferencia de prensa en Teherán.
El funcionario no dio estimación de la tasa de participación, pero según cálculos extraoficiales habría sido del 53%, una abstención que podría batir el récord del 57% de las legislativas de 2020 y muy por debajo del 73% que sufragó en 2017 para la reelección de Rohani. El malestar social en el país de Medio Oriente más golpeado por el coronavirus, las sanciones económicas estadounidenses y la descalificación de cientos de candidatos ya hacían prever una alta abstención.
Según los datos parciales, el general Mohsen Rezai, un ex comandante en jefe de los Guardianes de la Revolución y uno de los imputados por la causa AMIA en Argentina, está en segundo lugar con el 11,5% de los votos. Detrás quedaron Abdolnaser Hemati (8,3%), ex presidente del Banco Central y único moderado de esta contienda electoral, y el diputado Amirhosein Ghazizadeh-Hashemi (3,4%).
El guía supremo iraní, el ayatola Alí Jamenei, celebró este sábado la elección ganada por Raisi, como una victoria de la nación contra la "propaganda del enemigo", ante los llamados de abstención por el veto previo de todos los candidatos reformistas que se suponía tenían más chances. "La gran ganadora de las elecciones de ayer es la nación iraní porque se ha levantado otra vez frente a la propaganda de la prensa mercenaria del enemigo", dijo.
Poco antes de difundirse los primeros resultados oficiales -según los cuales hubo alrededor de 14% de votos en blanco o nulos-, el presidente saliente Rohani anunció que había un ganador en primera vuelta, sin nombrarlo. "Felicito al pueblo por su elección. Sabemos quién ha obtenido los votos suficientes en estas elecciones y quién ha sido elegido hoy por el pueblo", declaró Rohani, en un discurso televisado.
En mensajes en Instagram, Twitter o retransmitidos por los medios de comunicación iraníes, los tres candidatos que enfrentaron a Raisi reconocieron una victoria del ultraconservador. La votación se extendió hasta las 2 de la mañana del sábado para incentivar la participación ante la pandemia de Covid-19 que dejó oficialmente cerca de 83.000 muertos, en una población de 83 millones de habitantes.
Jefe de la Autoridad Judicial, Raisi, de 60 años, era "archifavorito" para estas elecciones, ante la falta de competencia real tras la descalificación de sus principales adversarios. La campaña fue apática, con pocos afiches electorales en la capital Teherán, la gran mayoría de los cuales mostraba el rostro austero de Raisi con su habitual turbante negro.
Raisi se presentó como el líder de la lucha anticorrupción y defensor de las clases populares que perdieron poder adquisitivo por la inflación. A la espera de la confirmación oficial de su triunfo, asumirá la presidencia en agosto al suceder a Rohani, un reformista que apostaba por una mayor apertura internacional y una ampliación de las libertades individuales.
Las esperanzas surgidas con su elección se transformaron en decepción con la retirada, en 2018, de Estados Unidos del acuerdo nuclear iraní firmado tres años antes en Viena y el restablecimiento de las sanciones estadounidenses. Esto agravó el descontento y el país, por razones económicas pero también políticas, vivió dos olas de protestas. Una a fines de 2017 y principios de 2018, la otra en noviembre de 2019, ambas reprimidas.