El Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur "detectó un misil balístico de corto alcance lanzado por Corea del Norte desde Sukchon, en la provincia de Pyongyang del Sur".
En esta oportunidad, el Ministerio de Defensa informó que Seúl "no tolerará ninguna provocación norcoreana que suponga una amenaza a la vida y la seguridad de los ciudadanos".
El Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur "detectó un misil balístico de corto alcance lanzado por Corea del Norte desde Sukchon, en la provincia de Pyongyang del Sur".
Esta denuncia se produce en medio de un repunte de las tensiones en la zona durante las últimas semanas.
El Ejército surcoreano señaló además que el misil disparado la semana pasada era uno del tipo SA-5, similar a uno empleado por Rusia en el marco de la guerra en Ucrania, tras el análisis de los restos localizados en la zona.
Fuentes militares subrayaron que estos restos presentan letras en cirílico (un sistema de escritura que se usa en ruso y otras lenguas eslavas), sugiriendo que Pyongyang pudo haber ensamblado piezas importadas y desarrolladas durante la era de la Unión Soviética, aunque recalcó que "no es posible confirmar si el misil es de fabricación rusa".
Por su parte, el Ministerio de Defensa de Corea del Sur condenó "firmemente" el lanzamiento de la semana pasada e hizo hincapié en que Seúl "no tolerará ninguna provocación norcoreana que suponga una amenaza a la vida y la seguridad de los ciudadanos".
El ministerio advirtió de que Corea del Sur "hará frente con las aplastantes capacidades con las que cuenta, a partir de la alianza entre Seúl y Washington", después de que Corea del Norte haya disparado durante las últimas semanas decenas de misiles y proyectiles hacia el mar de Japón.
Estos disparos integran una secuencia abierta el 2 de noviembre por Corea del Norte en la que fueron disparados 23 misiles, más que en todo 2017, cuando Kim Jong-un y el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, se enzarzaron violentamente a través de los medios estatales y de Twitter.
Desde el 25 de septiembre, Corea del Norte ha utilizado mucho dinero para aumentar constantemente la tensión, por lo que debe mantenerla", estimó Park Won-gon, profesor de la universidad Ewha de Seúl.
Esos disparos coincidieron con unas maniobras militares conjuntas de las fuerzas aéreas de Estados Unidos y Corea del Sur, denominada "Tormenta Vigilante", la más grande realizada hasta ahora, con cientos de aeronaves volando la zona.
Tormenta Vigilante puso en acción algunos de los aviones de combate más modernos de Estados Unidos y Corea del Sur, incluyendo los caza furtivos F-35.
Pyongyang intensificó sus lanzamientos de misiles en respuesta a estos ejercicios, que las considera un ensayo para una invasión de su territorio.
Seúl y Washington advirtieron que Corea del Norte podría realizar próximamente una prueba nuclear, que sería la séptima de su historia y la primera desde 2017.