En una reunión informativa para la prensa este miércoles, autoridades de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) coincidieron en que es probable que al menos una de las dos o más variantes nuevas del coronavirus se haya propagado entre la población en Estados Unidos, pero también advirtieron que es poco probable que tengan mucho impacto en la eficacia de la vacuna o en las precauciones estándar.
El primer caso reportado en Estados Unidos de la “cepa británica” altamente transmisible fue confirmado el martes en un hombre de Colorado sin historial de viajes y se calcula que esta variante ha estado circulando allí desde septiembre de 2020.
Estudios señalan que otra variante surgió en Sudáfrica de forma independiente y que ahora se estaría extendiendo internacionalmente, y que Nigeria, el país más poblado de África, detectó otra cepa en su territorio. Pero ninguna de estas dos ha sido descubierta aún en los Estados Unidos.
“Esperamos ver surgir nuevas variantes con el tiempo”, dijo Henry Walke, director de incidentes de covid-19 de los CDC, durante la conferencia de prensa de este miércoles, según informó el portal MedPage Today.
Y Gregory Armstrong, director del Programa de Detección Molecular Avanzada de los CDC, advirtió que es muy difícil saber exactamente cuántas variantes han surgido hasta ahora, porque depende de cómo se establezca el umbral de cuán diferente debe ser un virus para representar una variante.
Los funcionarios remarcaron que el gobierno de EEUU ha estado trabajando en un sistema de vigilancia de cepas desde noviembre con dos laboratorios nacionales para determinar la penetración de las variantes recién identificadas y que se esperan los resultados de esa investigación en los próximos días.
Por otro lado, aún no hay certezas sobre qué tan bien funcionarán las vacunas y otros tratamientos contra estas variantes. “Sin embargo, por lo que sabemos por la experiencia con esta mutación y otras mutaciones es poco probable que tenga un gran impacto en la inmunidad inducida por vacunas o en la inmunidad existente de cepas anteriores”, dijo Armstrong.
“Los expertos están generalmente de acuerdo en que es poco probable que mutaciones como ésta causen un gran impacto en su neutralización”, afirmó Armstrong. Y añadió: “Puede causar un pequeño impacto, pero hay que tener en cuenta que es probable que la cantidad de inmunidad inducida ya sea por una infección natural o por una vacuna sea lo suficientemente grande como para que un título ligeramente disminuido no tenga ningún efecto notable”.
Armstrong también señaló que se están realizando estudios in vitro de la variante británica y esos deberían proporcionar una respuesta más definitiva sobre su impacto.
Además, Walke dijo que no hay razón para pensar que las medidas recomendadas para reducir la propagación, como lavarse las manos, mantener la distancia, usar una máscara y evitar las reuniones grandes, no funcionarán contra estas variantes. “Estamos impulsando los mismos mensajes que hemos estado impulsando todo el tiempo”, dijo.
“Aunque pensamos que esta variante que se originó en el Reino Unido puede potencialmente transmitir más que el tipo salvaje, creemos firmemente que las medidas de mitigación en nuestra actual guía funcionarán”, concluyó.
La cepa británica del coronavirus, que expertos estiman es hasta un 70 por ciento más contagiosa que la “original” pero no comprobaron que sea más letal, ha trascendido las fronteras del Reino Unido hace semanas y ya ha sido detectada en distintos continentes. De hecho, el martes autoridades chilenas anunciaron que también habían confirmado un caso dentro de su territorio.
Esa variante conocida como B.1.1.7 llevó al Reino Unido a un nuevo récord diario de casos de coronavirus el martes y a Sudáfrica a imponer una serie de nuevas medidas, en medio de los temores en todo el mundo de que las festividades de fin de año provoquen nuevos picos de infecciones.