La jefa técnica de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Maria van Kerkhove, pidió que los países de todo el mundo actúen de manera más contundente frente al surgimiento de la variante Ómicron y habló de un "tsunami de infecciones" al referirse a los contagios que causa la mutación originada en Sudáfrica junto con la variante Delta. También criticó a las empresas fabricantes de vacunas y a los países que aplican dosis de refuerzo a su población.
Uno de los primeros que puso en términos meteorológicos el impacto que tiene la variante sudafricana fue el premier británico Boris Johnson, quien habló de un "maremoto de Ómicron" ante el avance de los contagios en Reino Unido. La magnitud de los casos positivos en Sudáfrica y en Europa es manifiesta, e incluso la variante ha llegado a países de América Latina como Brasil y Argentina. Sin embargo, en Reino Unido ya produjo la primera muerte y el gobierno ya dictaminó restricciones similares a las del 2020, como el trabajo remoto.
En ese contexto, desde la OMS vienen manifestando diariamente su preocupación. "Creo que todos los casos fuera de Sudáfrica han sido leves o asintomáticos, pero en Sudáfrica hemos visto toda la gama, desde enfermedades leves a más graves. Cuando el virus Ómicron entre en poblaciones vulnerables habrá un mayor riesgo de enfermedad grave y muerte. La mayoría de los informes que tenemos ahora dicen que es más leve, pero es pronto para decirlo. En las próximas semanas lo sabremos", aseguró van Kerkhove.
Por eso la especialista llamó a los países a tomar acciones antes de que empiecen a ganar velocidad las hospitalizaciones, entre ellas fomentar el uso de barbijos, facilitar el home office y limitar los contactos con otras personas.
"Ahora es el momento de actuar también contra la variante Delta, porque está haciendo estragos. Incluso en Europa, que tiene altos niveles de vacunación, todavía hay grandes focos de personas vulnerables que no se han vacunado o no tienen la pauta completa. Y en el resto del mundo hay una cantidad enorme. Y ese es el gran problema, sea la variante que sea", advirtió la jefa técnica de la OMS en el diario El País de España.
También se encargó de aclarar que la vacunación sigue siendo la defensa más importante contra el coronavirus. "Es esperable que Ómicron consiga escapar en alguna medida de la respuesta inmune, pero eso no quiere decir que las vacunas vayan a ser inútiles. Solo significa que puede que no protejan tanto como hemos visto frente a Delta", subrayó.
Advertencia por las fiesta de fin de año
Respecto a los festejos de Navidad y Año Nuevo que se llevaran a cabo en las próximas semanas, van Kerkhove pidió que se tomen los recaudos necesarios para llevar adelante las reuniones, además de explicar que se debe "entender el riesgo".
"Sabemos que es complicado, porque te quitas la mascarilla para cenar, te tomas un par de bebidas, te das abrazos y no es realista mantener la distancia todo el tiempo, pero tienes que entender el riesgo. Tus acciones tendrán consecuencias", expresó.
También se refirió a poner el foco en la infección y no confiarse con la inmunización. "La vacunación por sí sola no es suficiente. La vacunación previene la enfermedad grave y la muerte, pero no previene completamente la infección. Así que pedimos que, si vas a participar en reuniones, estés vacunado, te hagas un test antes de ir, mantengas una buena ventilación en la habitación y lleves mascarilla cuando sea factible", aclaró.
El continente donde surgió Ómicron es el que tiene la menor tasa de vacunación aplicada a su población. Con ese contexto, la especialista de la OMS pidió "utilizar las vacunas de la manera más efectiva para todo el planeta" y "no solo para algunos países", criticando a su vez la distribución a nivel mundial.
"Algunos países creen que pueden proteger a su propia población mientras el virus sigue circulando en otros lugares. Es una falsa sensación de seguridad. Este es un problema global y necesitamos una solución global, un uso estratégico de las vacunas disponibles", manifestó van Kerkhove.
Por otro lado, también se refirió críticamente a los países que aplican dosis de refuerzo, cuestionando que se hace "a expensas de las vidas de otras personas". "No tiene ningún sentido desde un punto de vista ético, moral, económico o epidemiológico", cuestionó.
En un horizonte complejo, planteó que emergerán nuevas variantes al calor de la desprotección de las poblaciones más vulnerables del mundo, lanzando una crítica contra las empresas que producen las dosis. "Creo que necesitamos que las decisiones sean tomadas por organismos globales, no por los fabricantes. Estas herramientas que salvan vidas deben estar disponibles. De lo contrario, somos rehenes de determinadas empresas. Es una catástrofe moral que esto esté ocurriendo. La desigualdad en el acceso a las vacunas no es un eslogan, es real y la gente se está muriendo", sostuvo.