Portugal vivió sin incidencias el primer toque de queda de la cuarta ola, una medida impuesta desde el viernes por el Gobierno luso en 45 de las 278 comarcas del país con mayor incidencia de contagios de coronavirus y que obliga a permanecer en casa entre las 23:00 y las 5:00 horas.
Las fuerzas de seguridad han informado de que el toque de queda, que afecta a ciudades como Lisboa, Oporto, Braga o Faro, discurrió con absoluta tranquilidad. Según el último boletín de la Dirección General de Salud (DGS) de Portugal, este sábado fueron notificados 2.605 contagios en Portugal, un dato que no era tan elevado desde mediados de febrero.
Tenés que leerPor la variante Delta, Portugal reportó la peor cifra diaria de casos en cuatro meses y reimpuso restriccionesAdemás, se han registrado cuatro nuevos fallecidos por Covid, por lo que el número total de muertos desde que estalló la pandemia es de 17.112 en este país. Los ingresos siguen al alza y este sábado se encuentran hospitalizados por Covid 543 pacientes (11 más en el último día), de los que 122 (4 más) permanecen en cuidados intensivos.
Al igual que el viernes, la incidencia a 14 días por cada 100.000 habitantes es de 189,4 y el índice Rt., que mide las personas que infecta cada contagiado, permanece en 1,16. La mayor incidencia del país se registra en las zonas de Lisboa y el Algarve, con el municipio de Lisboa en 595 casos, según los datos actualizados hoy por la DGS. Las principales ciudades del Algarve, una de las zonas más turísticas del país, también han disparado su incidencia, especialmente Albufeira, que tiene la mayor incidencia de Portugal con 823 casos por 100.000 habitantes.
Sigue vigente la medida adoptada hace tres semanas por el Gobierno en el que se prohíbe la entrada y salida de personas en el Área Metropolitana de Lisboa desde las 15:30 horas (16:30 en España) del viernes a las 5:00 horas del lunes, cuando la hostelería también debe permanecer cerrada, al igual que en las otras 18 ciudades portuguesas con una incidencia superior a los 250 casos por 100.000 habitantes en 14 días.
El municipio de Lisboa es una de las zonas portuguesas de mayor incidencia del virus, con 595 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días. Las causas del brote de covid en Lisboa son claras para Diogo, taxista de la capital, que responsabiliza a "los festejos" tras la victoria liguera de Sporting de Portugal y las fiestas celebradas en algunos barrios.
Las nuevas restricciones dividen a los trabajadores del turismo y la hostelería, que debaten en la calle si estas medidas perjudican o favorecen al negocio local. "Es bueno", dice Andrés Fernandes, dueño del céntrico restaurante A Provinciana, en plena Baixa lisboeta, que ve acertadas las medidas del Gobierno, ya que "la transmisión es alta".
A pesar de que "afecta al trabajo", reconoce que a nivel social se siente "más seguro". "Cerrar a las 15:30 horas de la tarde no da para nada", se queja sobre las restricciones del fin de semana el señor Peralta, dueño de una cafetería en la concurrida avenida Liberdade. "Era cuando se podía hacer algo más de negocio", prosigue, y recuerda las limitaciones de horario y aforos que la hostelería arrastra desde hace meses en Portugal. Peralta pide que la vacunación a los jóvenes de los 16 a los 30 años "avance", pues cree que es la única manera de que "esto para de una vez por todas".
Desde el pasado jueves, las pruebas rápidas de antígeno para uso profesional están subvencionadas al 100% por el Gobierno portugués y han de hacerse en farmacias o laboratorios, con un máximo de cuatro pruebas por paciente y mes.
La variante delta "es la más contagiosa", relata Rita Amorim, farmacéutica en una de los establecimientos lisboetas acogidos al plan de pruebas de covid gratuitas. "Hoy (sábado) hemos hecho 60", relata, y especifica que, además de los test a ciudadanos, en su farmacia también se encargan de hacer pruebas en eventos y hoteles.