Mientras el mundo sumaba hasta la fecha más de 105 millones de casos de coronavirus desde el inicio de la pandemia, volvieron a multiplicarse las negociaciones entre los países para asegurarse las vacunas que ya cuentan con aprobación científica global. Entre ellas la rusa Sputnik V, que cosechó elogios de la Unión Europea y Estados Unidos.
También se conocieron nuevas voces de reclamo para que las inmunizaciones sean distribuidas de manera justa y no con un criterio comercial que dejaría privadas del preciado fármaco a las naciones más empobrecidas. El Vaticano se sumó este viernes a ese reclamo y pidió "promover" la producción local de vacunas en América Latina, África y Asia, al tiempo que propuso "aliviar" la deuda de los países más pobres para liberar fondos que permitan fortalecer sus sistemas de salud.
En un comunicado conjunto con Cáritas Internacional, la Santa Sede convocó a "promover la producción local de vacunas en diversos polos técnicos en África, América Latina y Asia, y volverlas disponibles en los próximos meses afrontando el tema de las patentes y la colaboración a nivel técnico con las naciones más pobres".
Tenés que leerBrasil pretende hacer una primera compra de 10 millones de dosis de la Sputnik VMientras tanto, la velocidad de la propagación del virus en sus distintas mutaciones impulsó al director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, a reclamar a las compañías farmacéuticas un "aumento masivo de la producción". Desde la sede del organismo en Suiza, Ghebreyesus celebró la iniciativa del laboratorio Sanofi, de poner a disposición su infraestructura de fabricación para así poder apoyar la producción de la vacuna del consorcio Pfizer/BioNTech.
"Pedimos a otras empresas que sigan este ejemplo. Las empresas también pueden conceder licencias no exclusivas para que otros productores puedan fabricar su vacuna, un mecanismo que ya se ha utilizado anteriormente para ampliar el acceso a los tratamientos contra el VIH y la hepatitis C", abundó Ghebreyesus. Por otra parte, insistió en reclamar a los gobiernos de todo el mundo que compartan las vacunas con otros países más pobres una vez hayan inmunizado a sus personas mayores y a los profesionales de la salud.
Tenés que leerEl director del centro donde se creó la vacuna Sputnik V espera en junio el inicio de ensayos en niños"Algunos países ya han vacunado a grandes proporciones de su población que tienen un menor riesgo de enfermedad grave o muerte; todos los gobiernos tienen la obligación de proteger a su propia población". enfatizó el dirigente etíope.
"Pero una vez que los países con vacunas han vacunado a sus propios trabajadores sanitarios y a las personas mayores, la mejor manera de proteger al resto de su población es compartir las vacunas para que otros países puedan hacer lo mismo", continuó. "Casi 130 países, con 2.500 millones de personas, aún no han administrado una sola dosis", resaltó Ghebreyesus posteriormente.
En cuanto a las vacunas, la Sputnik V, de elaboración rusa, cuya efectividad acaba de ser destacada por la revista internacional The Lancet, recibió reconocimientos de parte del secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, así como del Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell.
"Debatimos con Antony Blinken el tema de la Sputnik V, nos felicitó por su eficacia y acordamos promover los contactos entre nuestros laboratorios, científicos y productores y ver si hay posibilidad de colaboración en ese ámbito", informó este viernes el canciller ruso, Serguéi Lavrov.
El funcionario realizó esa declaración en una conferencia de prensa conjunta con Borrell, en Moscú, donde se habló sobre los contactos para que el fármaco sea aprobado en la Unión Europea (UE). El éxito de la Sputnik-V, dijo Borrell, "es una buena noticia para toda la humanidad porque significa que vamos a tener más herramientas para enfrentar la pandemia".
"Espero que la Agencia de Medicamentos Europea pueda certificar la eficacia de la vacuna para que se utilice también en los estados de la UE", acotó. La Sputnik V, desarrollada por el Centro Gamaleya, fue registrada en Rusia el 11 de agosto de 2020 y consta de dos dosis que se aplican con un intervalo de veintiún días. La primera está basada en el adenovirus humano Tipo 26 y la segunda en el adenovirus humano recombinante del Tipo 5.