El país vivió una jornada de intensas protestas y concentraciones masivas que dejaron como saldo al menos 30 heridos, uno grave.
El país vivió una jornada de intensas protestas y concentraciones masivas que dejaron como saldo al menos 30 heridos, uno grave.
Las movilizaciones llevan produciéndose desde los resultados de las elecciones presidenciales del pasado 20 de octubre, que dieron como ganador a Evo Morales en su cuarto mandato consecutivo. Pero la tensión escaló un poco más.
Las concentraciones están enfrentadas. Unas defienden la victoria de Morales en las urnas. Las otras apoyan al opositor y ex candidato Carlos Mesa, quien ha pedido la realización de una segunda vuelta electoral y acusó al presidente de "concentrar todos los poderes en uno de manera ilegítima y de protagonizar un golpe de Estado".
Los seguidores de la oposición intensificaron las movilizaciones que comenzaron hace días en un intento de paralizar las principales ciudades del país y forzar así un segundo llamado a las urnas.
Como respuesta, los defensores del gobierno de Morales cortaron varias rutas interdepartamentales, incluyendo la que conecta la ciudad de Cochabamba con Santa Cruz, la más poblada del país sudamericano.
El comandante interdepartamental de la policía boliviana, Igor Echegaray, informó que varios de los heridos habían sido alcanzado por balas.
Uno de ellos se encuentra en "estado crítico", según informó en Twitter la ministra de salud Gabriela Montaño. La policía intenta mediar en el conflicto entre ambas partes, pero en Santa Cruz se vivieron algunos episodios violentos.
Ambos líderes exhortaron a sus seguidores a defender sus intereses. Antes de que se conocieran por la noche las consecuencias de esta violencia, el presidente Morales y el opositor Carlos Mesa se rodearon de miles de seguidores a pocos kilómetros unos de otros.
Mesa lo hizo en La Paz, donde aseguró que llegaría a "la cárcel o a la presidencia" y que no piensa rendirse hasta forzar la repetición de los comicios. "No se dobleguen, no se rindan", dijo a los suyos.
Morales, por su parte, habló en la ciudad vecina de El Alto para insistir en la defensa de su victoria, aún a pesar de las denuncias de fraude de la oposición y de otros organismos internacionales. El presidente instó a sus seguidores a "defender la democracia frente a esa amenaza".