David Cameron, Ministro de Relaciones Exteriores británico, apuntó contra su par ruso, Sergei Lavrov, exclamando que Rusia mató al opositor Alexei Navalni y que “tendrá que pagar por ello”.
El hecho se dio durante la reunión de jefes de diplomacia de los países del G-20 en Río de Janeiro.
David Cameron, Ministro de Relaciones Exteriores británico, apuntó contra su par ruso, Sergei Lavrov, exclamando que Rusia mató al opositor Alexei Navalni y que “tendrá que pagar por ello”.
El hecho se dio durante la reunión de jefes de diplomacia de los países del G-20 en Río de Janeiro.
La muerte de Navalni, el máximo opositor de Vladimir Putin, se anunció la semana pasada en una remota prisión del Ártico donde estaba confinado.
Cameron dijo que los representantes de Francia, Canadá y Alemania se unieron a él en el uso de la palabra para nombrar a Navalni y decir que consideran al presidente Putin y al Estado ruso en general responsables de su asesinato.
Por su parte, Gran Bretaña congeló los activos de seis jefes de prisiones rusos a cargo de la colonia penitenciaria Lobo Polar, y se convirtió en el primer país en emitir sanciones por el asesinato. El gobierno británico responsabilizó a los guardiacárceles por el “brutal tratamiento” al que sometieron a Navalni.
“Los responsables del brutal trato que ha recibido Navalni no deben hacerse ilusiones: los haremos rendir cuentas”, dijo Cameron al anunciar las sanciones. “Está claro que las autoridades rusas veían a Navalni como una amenaza e intentaron silenciarlo repetidamente”, agregó.
Las sanciones se dirigen contra el director y los cinco subdirectores de la colonia penal IK-3 de Kharp, en la región rusa de Yamal-Nenets, y se refieren a la prohibición de entrar a Gran Bretaña y el congelamiento de cualquier activo que pudieran tener allí.
Cameron describió a Navalni como “un preso político que dedicó su vida a denunciar la corrupción del sistema ruso, a reclamar una política libre y abierta y a pedir cuentas al Kremlin”. El gobierno británico había presionado esta semana por una exhaustiva investigación sobre la muerte del disidente.
Las autoridades rusas dijeron que desconocen las causas de la repentina muerte de Navalni, de 47 años, ocurrida el 16 de febrero en la prisión siberiana, y se han negado a entregar su cuerpo durante las próximas dos semanas, a la espera de una investigación preliminar.
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