El 11 julio de 1995, poco antes del final de la guerra de Bosnia (1992-1995), más de 8.000 bosnios musulmanes fueron asesinados en la ciudad de Srebrenica por el ejército serbobosnio bajo el mando del general Ratko Mladić y el grupo paramilitar serbio conocido como "Los Escorpiones". La peor masacre en suelo europeo desde la Segunda Guerra Mundial y un caso de limpieza étnica que escandalizó al mundo entero y precipitó el fin de la guerra en Bosnia, obligando a serbios, croatas y musulmanes a firmar la paz en noviembre de 1995 en Dayton (Ohio, EE.UU.).
Un cuarto de siglo después, las heridas siguen sin cerrarse y la masacre sigue siendo uno de los principales puntos de discusión entre las comunidades bosnia (musulmana) y serbia (cristiana ortodoxa). "No es fácil vivir aquí junto a quienes, 25 años después, niegan que se haya cometido un genocidio", afirma Hamdija Fejzic, representante electo de Srebrenica, que resume el sentimiento de los musulmanes bosnios hacia los miembros de la comunidad. Serbios que piensan que la masacre es un "mito".
Los musulmanes ven la "negación" de la muerte de las más de 8,000 víctimas como una parte integral de la masacre, y el principal obstáculo para la relajación de las relaciones entre las comunidades.
Al contrario, la mayoría de los serbios de Bosnia, incluidos sus líderes, consideran inaceptable la calificación de "genocidio". El presidente serbio, Aleksandar Vucic, considera que "Srebrenica es algo de lo que no debemos y no podemos estar orgullosos", pero tiene cuidado de no decir la palabra que a los bosnios les gustaría escuchar. En 2017 enfatizó "que entre el 80% y el 90% de los serbios no creen que se haya cometido un gran crimen" en Srebrenica.
El líder político de los serbios de Bosnia, Milorad Dodik, sigue negando que hubiera un genocidio y el año pasado reunió una comisión de historiadores, la mayoría serbios, y apuntó a "establecer la verdad" sobre Srebrenica: "cada pueblo necesita un mito. Los bosnios no tenían uno". Y están tratando de construir un mito alrededor de Srebrenica ".
Para Emir Suljagic, director del centro conmemorativo de la masacre y superviviente de la masacre, este 25 aniversario es también "el 25 aniversario de la negación". "A pesar de las evidencias y sentencias de tribunales internacionales, se está intensificando". "Pero la negación del genocidio es siempre, el anuncio de la violencia futura", advierte.
Esta semana el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, instaba a seguir trabajando para lograr una "reconciliación genuina", asegurando que "la reconciliación debe estar sustentada por la empatía y la comprensión mutuas. La reconciliación significa rechazar la negación del genocidio y los crímenes de guerra y de cualquier esfuerzo por glorificar a los criminales de guerra condenados".
Guterres también ha recordado las palabras del exsecretario general de la ONU Kofi Annan (1938-2018), que dijo que el fracaso de las fuerzas de paz "perseguirá nuestra historia para siempre".
Hasta la fecha, cerca de 6.900 víctimas de la matanza han sido halladas en más de 80 fosas comunes e identificadas. La mayoría de ellas han sido enterradas en el centro memorial de Srebrenica, donde este mismo sábado recibirán sepultura los restos de nueve víctimas identificadas desde el pasado julio.
En cuanto a sus asesinos, durante años huyeron de la justicia pero finalmente Ratko Mladić y Radovan Karadić (presidente de la República Srpska entre 1992 y 1996) fueron apresados (en 2010 y 2008), juzgados y condenados a cadena perpetua. Hasta ahora se han juzgado 191 casos relacionados con la matanza y dictado 90 condenas.