El chalet fue adquirido por el exmatrimonio por 21 millones de euros en 2014, pero todavía faltaban por pagar cerca de 6 millones. Según la escritura de compraventa a la que ha tenido acceso Le Temps, la fecha límite para abonar esta cantidad venció el pasado 31 de diciembre, pero la expareja no realizó el pago. De ahí la demanda del propietario original, que ahora reclama una cantidad cercana a los 8 millones por los intereses generados desde el vencimiento de la deuda. Se cree que por ello los duques de York han estado intentando vender el chalet.
“Confirmamos que hay una disputa entre las dos partes sobre este asunto”, ha declarado un portavoz del príncipe Andrés. “Los detalles contractuales siguen siendo objeto de un acuerdo de confidencialidad”.
Los duques de York, divorciados desde 1996, solían viajar con sus dos hijas a la estación de esquí de Verbier en la época navideña. Fue allí donde empezaron a dejar verse juntos y a presumir de su ídilica relación tras su ruptura matrimonial. Según recogen hoy medios británicos como The Daily Mail, en el momento de la compra del chalet en 2014 el exmatrimonio se repartió el espacio de la vivienda de la siguiente manera: al príncipe Andrés le corresponde legalmente el uso de la primera planta y del ático, y a Sarah Ferguson la planta baja y el sótano, aunque los dos compartían el uso del terreno.