Tras varias horas de incertidumbre, las autoridades italianas descartaron este jueves posibles casos de coronavirus en el crucero varado en las costas Civitavecchia. De esta forma, el Gobierno habilitó el desembarco de los 7000 pasajeros y miembros de la tripulación que viajaban a bordo, de los cuales 35 eran argentinos.
Los exámenes realizados por los especialistas del hospital romano Spellanzani "dieron resultado negativo", precisó el ministerio de Salud. Con esa certeza, declaró al barco "libre de la restricción sanitaria" y anunció el levantamiento de la prohibición que recaía sobre los 6.000 turistas y los 1.000 miembros del personal.
Según trascendió más temprano, las autoridades sospechaban de una mujer china con síntomas compatibles con los del coronavirus. Presentaba fiebre y problemas respiratorios, y había sido aislada con su marido en el hospital de la embarcación de manera precautoria.
Ante un eventual contacto con la pasajera, todos los turistas estuvieron obligados a permanecer dentro del crucero Costa Smeralda hasta que se conocieran los resultados definitivos de los análisis, tal como lo indica el protocolo establecido ante la epidemia que ya se cobró la vida de 170 personas y afecta a unos 15 países.
La medida fue exigida también por el alcalde de la ciudad de Civitavecchia, Ernesto Tedesco, que la consideró obligatoria ante el temor de un brote. Es que, hasta el momento, en Italia no se detectó ningún caso de esta enfermedad.