Viernes 11.2.2022
/Última actualización 7:32
La jefa de la diplomacia del Reino Unido urgió este jueves a Rusia para que "desactive tensiones" con Ucrania, mientras miles de soldados rusos dieron comienzo a ejercicios en Bielorrusia, en medio de un despliegue militar cerca de Ucrania que genera temores de invasión en Occidente.
De visita en Moscú, la canciller británica, Liz Truss, urgió al Kremlin a replegar las tropas que apostó cerca de la frontera ucraniana para distender la situación, en declaraciones en una conferencia de prensa junto a su par ruso, Serguei Lavrov, con quien se reunió poco antes a puertas cerradas.
"Lavrov me ha dicho hoy que Rusia no contempla invadir Ucrania, pero estas palabras deben estar seguidas de acciones y nosotros necesitamos ver que las tropas y el equipamiento apostado en la frontera ucraniana sean desplazados a otro sitio", dijo Truss.
Rusia desplegó a decenas de miles de soldados cerca de la frontera con Ucrania y ha iniciado una serie de maniobras militares, pero niega las acusaciones de Occidente, sobre todo de Estados Unidos, de querer invadir a la exrepública soviética.
El gobierno del presidente Vladimir Putin ha exigido garantías vinculantes de que Ucrania y otras naciones que integraban la Unión Soviética no se sumarán a la OTAN y de que la alianza militar frene el estacionamiento de armas allí y reduzca la presencia de tropas en Europa del Este.
Por su parte, Lavrov calificó el encuentro con Truss de "conversación entre un sordo y un mudo" y consideró que su par británica no había "escuchado" las explicaciones detalladas de Rusia sobre sus preocupaciones vinculadas a una posible ampliación de la OTAN.
"Tuve la impresión de que nuestros colegas británicos o bien no tienen ni idea de las explicaciones" dadas recientemente por el presidente ruso Vladimir Putin sobre la inexistencia de intenciones bélicas de parte de Moscú, "o las ignoran por completo", dijo Lavrov.
Las conversaciones constituyeron la primera reunión entre los máximos diplomáticos de Rusia y el Reino Unido en más de cuatro años. El reforzamiento militar de Rusia cerca de Ucrania incluye el despliegue de soldados en territorio de su aliada y vecina Bielorrusia, donde comenzaron ejercicios que durarán diez días.
Reclaman pasos claros al Kremlin
Los ejercicios ruso-bielorrusos "se desarrollan con el objetivo de prepararse para detener y repeler una agresión exterior", aseguró el Ministerio de Defensa de Rusia en un comunicado. Kiev, la capital ucraniana, está ubicada a solo 75 kilómetros al sur de la frontera con Bielorrusia, y Occidente teme que Rusia utilice las tropas presentes en suelo bielorruso para invadir a Ucrania.
Rusia y Ucrania están fuertemente enfrentados desde 2014, cuando el entonces Gobierno ucraniano afín a Moscú fue derrocado por una ola de protestas y reemplazado por el actual, que es nacionalista, antirruso y prooccidental.
Poco después, Rusia se anexionó la península ucraniana de Crimea y apoyó a milicias alzadas en armas en el este de Ucrania en rechazo al nuevo gobierno de Kiev. Más de 14.000 personas han muerto desde entonces en combates entre el Ejército ucraniano y las milicias.
En 2015, Francia y Alemania ayudaron a alcanzar los llamados Acuerdos de Minsk, firmados en esa ciudad, capital bielorrusa. El pacto puso fin a los grandes combates, pero los esfuerzos por lograr un entendimiento político definitivo se estancaron, y las escaramuzas son habituales. Sin embargo, Ucrania no ha implementado partes clave del acuerdo, y Rusia la ha acusado de renegar de sus compromisos.
En Berlín, el jefe de gobierno alemán Olaf Scholz advirtió a Rusia que no subestime la "unidad" y la "determinación" de los europeos. "Ahora esperamos que Rusia de pasos claros para reducir las tensiones actuales", insistió tras una reunión con los líderes de los países bálticos, antiguas repúblicas soviéticas fronterizas con Rusia y ahora miembros de la OTAN y la Unión Europea.
Scholz visitará Kiev y Moscú el 14 y 15 de febrero y esta semana se reunió en Washington con el presidente estadounidense, Joe Biden, quien prometió que un ducto construido por Rusia para llevar gas a Europa a través de Alemania no será puesto en funcionamiento si ocurre una invasión de Ucrania.
Las conversaciones también están activas en el plano militar: el Jefe del Estado Mayor de Estados Unidos, el general Mark Milley, habló por teléfono con su homólogo bielorruso, el general Victor Goulevitch, a quien le dijo que quería evitar "incidentes desagradables" ante la escalada del conflicto.