Lena Klimkeit y Mirjam Schmitt -Dpa
Aunque el histórico conflicto entre la Iglesia católica y el antiguo Imperio Otomano ya es cosa del pasado, el encuentro entre los dos líderes difícilmente estará libre de tensiones.
Lena Klimkeit y Mirjam Schmitt -Dpa
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, será recibido este lunes por el papa Francisco, convirtiéndose en el primer jefe de Estado turco en visitar el Vaticano en casi 60 años.
Aunque el histórico conflicto entre la Iglesia católica y el antiguo Imperio Otomano ya es cosa del pasado, el encuentro entre los dos líderes difícilmente estará libre de tensiones.
Erdogan quiere hablar con el papa sobre temas espinosos como la guerra en Siria, los refugiados asentados en territorio turco, la lucha contra el terrorismo, la islamofobia y el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel por parte de Estados Unidos.
Desde que Francisco se reunió con Erdogan en Ankara en 2014, la situación de los derechos humanos en Turquía no ha dejado de deteriorarse. El pontífice probablemente esté ahora aún más preocupado por la situación de la libertad de expresión en Turquía en el marco del estado de emergencia que rige en este país desde la intentona golpista de julio de 2016.
Desde la fallida asonada han sido detenidas en Turquía más de 50.000 personas y unos 107.000 empleados públicos han sido despedidos, según las cifras oficiales más recientes. Además, decenas de defensores de los derechos humanos y periodistas están en prisión o están siendo enjuiciados por cargos de terrorismo, y numerosos medios críticos y asociaciones prokurdas han sido cerrados por decreto.
El papa tampoco debe de ver con buenos ojos la evolución del conflicto armado en Siria, donde el Ejército turco inició hace dos semanas una gran ofensiva contra la milicia kurda Unidades de Protección Popular (YPG), catalogada por Ankara como organización terrorista. Aunque hasta el momento no se ha pronunciado sobre este nuevo frente abierto en la guerra siria, el papa ha expresado reiteradas veces su repudio a las "tormentas bélicas" en el mundo.
Lo que sí une actualmente a Erdogan y el jefe de la Iglesia católica es su postura respecto a Jerusalén. "Los dos defendemos el statu quo (de Jerusalén) y tenemos la voluntad de protegerlo", declaró el presidente turco en vísperas de su llegada a Roma al diario "La Stampa".
Erdogan y Francisco conversaron en dos ocasiones por teléfono poco después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel. De forma destacada, el mandatario turco se ha erigido en la crisis en torno a Jerusalén en portavoz del mundo islámico.
Genocidio armenio
En vista de los grandes temas de urgente actualidad, que deben ser abordados durante una audiencia oficialmente limitada a 20 minutos, no es de esperar que los dos líderes retomen la polémica entre el Vaticano y Turquía sobre la masacre turca de los armenios perpetrado durante la Primera Guerra Mundial.
Durante su visita a Eriván, la capital de Armenia, en 2016, Francisco había calificado como "genocidio" la matanza de cientos de miles de armenios a manos del Imperio Otomano. Como respuesta, el entonces vicepresidente turco, Nurettin Canikli, atribuyó al papa una "mentalidad de cruzado", una acusación sumamente grave en el mundo islámico.
La visita de Erdogan al Vaticano se llevará a cabo en medio de extremas medidas de seguridad ante el temor de que se produzcan atentados terroristas o protestas violentas en Roma. El Gobierno italiano ha prohibido la celebración de manifestaciones en una amplia zona, que va desde el Vaticano hasta la estación central pasando por todo el centro de la capital.