"No es normal tener dos infecciones así, al menos en aquel momento nos parecía algo extraño". Así describe en medios locales la doctora Cristina Escrig, del servicio de medicina interna del centro hospitalario, el suceso con la paciente a la que le detectaron ambas infecciones a lavez. Escrig, junto a los médicos de familia Pedro Moltó y Ferran Rodríguez firma el estudio No toda la fiebre en época de pandemia es Covid, ¿o sí?, donde se describe el caso de una joven maliense que había estado en su país recientemente.
Según ha indicado la doctora, la joven, de 21 años, llegó al centro con un cuadro de fiebre, malestar general y vómitos. Le hicieron una PCR y dio positivo en coronavirus, pero como acababa de llegar de Malí en plena segunda ola de coronavirus y al ser este un país endémico de paludismo o malaria, los médicos decidieron analizar si había más causas de su malestar.
"Presentamos el caso de una mujer de 21 años, sin antecedentes de interés ni tratamientos activos, que acude al servicio de urgencias por malestar general y epigástrico de una semana de evolución, con aparición de vómitos y fiebre durante los últimos días. Refiere haber viajado desde su país natal, Malí, a España hace 15 días sin haber mantenido ningún contacto estrecho con casos de COVID-19 como único dato llamativo", comienza el texto científico.
"La sospecha inicial era de malaria, aunque al realizar la prueba PCR, como indican los protocolos y para cursar el ingreso, nos encontramos una prueba positiva para COVID-19", sostiene la facultativa. Tras realizar un frotis sanguíneo en el que se observaron "parásitos intraeritrocitarios, compatible con la malaria", se decide ingresarla en la planta COVID-19 y se inicia tratamiento con fluidoterapia, paracetamol y artesunato endovenoso.
A los cuatro días los parásitos intraeritrocitarios desaparecieron y la paciente recibió el alta tras su "evolución favorable" y continuar el resto de días de confinamiento en su domicilio. "En ese momento, lo primero que tienes en la cabeza es el COVID-19, pero de alguna manera queremos transmitir que no hay que dejar de pensar en otras enfermedades infecciosas", concluye Cristina Escrig.