Un ex detective portugués que participó de la investigación de la desaparición de Madeleine McCann en 2007 y que apareció recientemente en el documental de Netflix sobre el caso, fue arrestado y condenado a siete años y medio de prisión.
Un ex detective portugués que participó de la investigación de la desaparición de Madeleine McCann en 2007 y que apareció recientemente en el documental de Netflix sobre el caso, fue arrestado y condenado a siete años y medio de prisión.
Paulo Pereira Cristovao, que también escribió un libro sobre la misteriosa trama, en el que acusó duramente a los padres de la niña, formaba parte de una red criminal que orquestó varios robos violentos en propiedades de Lisboa y en un resort en Cascaes. La fiscalía probó que su papel en la banda consistía en aportar información clave sobre las víctimas y sus hogares.
Gonçalo Amaral, que había sido el investigador jefe del caso Madeleine McCann, también está sospechado de participar en la red criminal. No obstante, seguirá en libertad hasta que se defina su situación judicial.
El ex policía de 51 años había llegado a pedir que arresten a Kate y Gerry McCann por dejar a Madeleine sola en el hotel de Algarve. En The Star of Madeleine (La estrella de Madeleine), su libro, afirmó que la niña había muerto y que su cuerpo había sido arrojado al mar. Pereira Cristovao había sido desplazado de la Policía en 2009, acusado de torturar a la madre y al tío de otra niña desaparecida para que hicieran una confesión falsa
El caso McCann se vio revitalizado en marzo con el estreno del documental de Netflix sobre su desaparición, en el que se afirma que la niña británica, vista por última vez hace 12 años en Portugal, todavía está viva y permanece secuestrada por una red de tráfico de personas. The Disappearance of Madeleine McCann, entrevista a decenas de expertos y figuras clave del caso, con la esperanza de reavivar el misterio y llegar a, entre los más de 150 millones de suscriptores, alguien que pueda reconocerla, si es que la niña sigue con vida.
Jim Gamble, autoridad policial británica que lideró la primera investigación, se mostró enfático: “Creo absolutamente que antes que muera averiguaremos qué le pasó”. En ese sentido, destacó los importantes avances de la tecnología de ADN y el reconocimiento facial con los que se revisa la evidencia de casos antiguos.
La principal hipótesis construida en el documental es que la niña fue secuestrada para una red de trata, debido a su apariencia rubia, lo que le da más valor en el mercado negro. Julián Peribánez, investigador privado que fue contratado por la familia, explicó: “(Las mafias) usualmente van por niños pobres de países del tercer mundo. Es la principal fuente. El valor que tenía Madeleine era muy alto, iban a conseguir mucho dinero”. Además, el documental argumenta que Portugal es una ubicación perfecta para los secuestradores, al poder llevar en barco a las víctimas a casi incontables puntos de Europa.
No obstante, la producción no cuenta con los testimonios de Kate y Gerry McCann, quienes no creen que el documental ayude en la búsqueda y se negaron a participar de las entrevistas.